La otra rosarina que hace 30 años murió en un atentado
Falleció en el tristemente célebre vuelo de Pan Am que estalló sobre Lockerbie, Escocia.
No es la primera vez que la ciudad de Rosario se tiñe de luto debido a la locura del terrorismo internacional. El 21 de diciembre de 1988, a pocos días de la Navidad, Fabiana Benvenuto viajaba junto a su marido Hernán Caffarone en el Boeing 747-121 matrícula N739PA de la aerolínea estadounidense Pan American World Airways (Pan Am).
El matrimonio intentaba llegar a la ciudad de Buenos Aires y trasladarse luego a Rosario, donde los esperaban los familiares de Fabiana para compartir las fiestas. Para llegar a la Argentina decidieron abordar en primer término el vuelo de Pan Am, para cubrir la ruta desde el Aeropuerto Internacional Heathrow, en Londres, Inglaterra, con destino al Aeropuerto Internacional John F. Kennedy, Nueva York, Estados Unidos, tras hacer una escala en Frankfurt, Alemania.
La aeronave, con 18 años de antigüedad, transportaba 16 tripulantes y 243 pasajeros de los cuales 189 eran ciudadanos estadounidenses, además de un grupo de soldados.
El aparato volaba a 30.000 pies de altitud. El vuelo transcurría en total normalidad hasta que, 38 minutos después de haber despegado de la capital británica, una explosión partió el fuselaje por la parte delantera, separando la cabina de mando del avión con el resto del mismo. Cayó a gran velocidad durante 2 fatales minutos antes de impactarse hecho pedazos sobre la comunidad de Dumfries Galloway, en Lockerbie, Escocia.
Hernán Caffarone y Fabiana Benvenuto jamás llegaron a su destino y se convirtieron en parte de la nómina de víctimas fatales de aquel atentado que marcó la historia.
Fabiana y Hernán se habían casado un año antes de su muerte. Nacida en Rosario y con un título de psicóloga, la joven siguió a su marido, que acreditaba una especialización a su título de economista en Finanzas Internacionales, además de varias medallas en natación, atletismo y rugby. La idea de la pareja era volar de Londres a Nueva York y, de ahí, viajar a Buenos Aires. Luego, con los padres de Hernán y su hermano Ricardo, irían todos de veraneo a Punta del Este.
Diez años después de la tragedia, en 1999, el diario Clarín entrevistaba al padre de Hernán. En aquella charla, Edmundo Caffarone recordaba: "El 21 de diciembre volvía de una reunión a las 23.30 y escuché la noticia del atentado. Jamás supusimos que iban en ese avión. A la mañana siguiente nos avisaron por teléfono los amigos que los llevaron al aeropuerto en Londres".
Los restos de su hijo y su nuera están hoy juntos en el cementerio de Rosario, una ciudad que tres décadas después, vuelve a conmoverse y a sentir el dolor de una tragedia cuyos motivos, explicaciones y protagonistas parecen lejanos.
A partir de ahora, Ariel Erlij, Hernán Ferruchi, Alejandro Pagnucco, Hernán Mendoza y Diego Angelini, suman sus nombres a esta luctuosa nómina. A la hora de matar, el terrorismo internacional no hace distinciones.