El caso de la familia sustituta que conmueve a la ciudad
En esta nota, te presentamos los argumentos de los principales actores en la historia del niño de tres años que por un año y ocho meses vivió con Sergio Gigliotti y Cristina Morla, y que esta mañana fue restituido a la Subsecretaría de Niñez pese a que la pareja ya inició los trámites para su adopción.
El periodista de LT10 Sergio Gigliotti y su esposa, Cristina Morla, desde hace casi dos años tienen en acogida a un nene de tres, en el marco del programa provincial Familias Solidarias. Ellos ya iniciaron los trámites de adopción debido a que el tiempo de guarda se extendió y ya se consideran, el niño y ellos, una familia.
Sin embargo, la Subsecretaría de Niñez, Adolescencia y Familia, definió que el menor sea entregado a otro grupo familiar oriundo de San Carlos, por lo que este mediodía, en medio de una movilización de personas indignadas, porque pasaron por situaciones similares, esa repartición se quedó con el chico.
Por nuestra emisora, Gigliotti manifestó: "No podés explicarle a un nene de tres años que la demora del Estado en encontrarle una familia definitiva ahora le produce un nuevo desprendimiento. Una criatura de tres años que ya tuvo un primer desprendimiento con su mamá, siente mucho dolor al atravesar nuevamente por la misma situación".
Además, expresó que fue el niño el que los adoptó a ellos. "El ya formó su grupo familiar, va al jardín y en esa socialización él aprende que somos su familia. Hace dibujos y regalos para el Día de la Madre que le entrega a Cristina. Nosotros nos sentimos sus padres porque él nos hizo sentir así, porque él se siente nuestro hijo".
Argumentos
El argumento de la Subsecretaría es que quieren revincular al pequeño con un hermanito de ocho meses. Pero la pareja Gigliotti- Morla nunca se negó a esa revinculación, y hasta está dispuesta a adoptar a ambos. Y de hecho, para Cristina esa decisión de tramitar la guarda definitiva es lo que generó esta “represalia” por parte del Estado.
En cualquier caso, la principal crítica hacia la Subsecretaría tiene relación con la evidente dilación de los tiempos. "El plazo de acogida es de seis meses y en este caso se extendió a dos años. Todo esto no pasaría si las cosas se hicieran correctamente", explicó Gigliotti. En cuanto a ello, su mujer manifestó: “¿Qué pretendía que hiciera? ¿Que yo a los seis meses y un día les diga ‘chicas, yo ya cumplí, devuélvanme el contrato que firmé y me voy. Hagan lo que quieran con el niño’?”, se preguntó.
En el mismo sentido, el titular de la asociación Niños Visibles, Rodolfo Di Terlizzi señaló que en estos casos el Estado “incurre sistemáticamente en la misma irresponsabilidad”, que es no cumplir con la ley de adopción, la cual impone ese máximo de 180 días para encontrarle un hogar a los menores en situación de vulnerabilidad.
“Nosotros como adultos, y el Estado y las instituciones vinculadas, no tenemos ningún derecho a revictimizar a los chicos y a no resolver su situación judicial en tiempo y forma. Esa es la parte más crítica”, agregó.
Respuesta oficial
Por LT10, la directora de Niñez de la zona centro-norte, Mónica Barroso, negó que los plazos no se hayan cumplido en tiempo y forma, y añadió que las dilaciones están contempladas en la firma de acuerdo del Programa Familias Solidarias.
"En este caso, el niño que estaba siendo alojado, más allá de las proyecciones de la familia con la que está en este momento, tiene que vincularse con su hermano de 8 meses que se encuentra en otra localidad. Por eso el cambio se da más allá de las presentaciones judiciales que la familia pueda llegar a hacer dentro de un expediente judicial", aclaró.
En cambio, Andrea Travaini, Subsecretaria de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes del Ministerio de Desarrollo Social, reconoció que hubo una extensión de los plazos, pero dijo que no fue por responsabilidad de esa dependencia. "No son tiempos administrativos, hay una parte que nos corresponde a nosotros y otra es responsabilidad del Poder Judicial", comentó. En este caso, las demoras se debieron a que no se podía localizar a la madre biológica para informarle sobre el estado de adoptabilidad del menor: "se enviaron más de 10 notificaciones a distintos lugares", detalló la funcionaria.
Como sea, por ahora el final fue más que infeliz: en una escena desgarradora, en la que el niño se negaba llorando a los gritos a ser sacado de los brazos de Cristina, el Estado se quedó con él.