La semana pasada el presidente Mauricio Macri decidió dar luz verde a la discusión sobre el aborto en el Congreso, y ello abrió interrogantes en torno a la postura de todos los sectores políticos. Entre ellos, de su propio Gabinete. 

En las últimas horas, el ministro de Cultura de la Nación, Pablo Avelluto, se expresó a favor de la legalización. De esta forma, se sumó a su par de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Lino Barañao, quien días atrás había hecho lo propio de forma contundente: "Estoy a favor de la despenalización", sostuvo, sin dudar.

Ahora, Avelluto declaró: "A ninguna mujer que haya pasado por un aborto en Argentina, lamentablemente ilegal, le ha parecido una experiencia menor. El aborto es siempre la peor solución.Tenemos que lograr informar, ayudar a que las mujeres y las parejas a que puedan llevar su vida sexual con toda la información. Y en el caso de que queden embarazadas, que el aborto esté dentro del margen de la ley, y no esté penalizado, va a guiar a muchas mujeres que la pasan muy mal".

PATRICIA BULLRICH ESTABA A FAVOR, PERO CAMBIÓ DE POSTURA. 

Luego, el ministro de Salud, Adolfo Rubinstein, sería el tercer y último miembro del Gabinete de Macri que va por el "sí". Si bien evitó dar su posición personal, brindó argumentos que lo ubican en ese lote. “En los países que lo legalizaron, la mortalidad materna bajó drásticamente”, señaló, posicionando la discusión un tema, ante todo, de salud pública.

Sin embargo, fuentes cercanas al gobierno aseguran que entre los funcionarios más influyentes no hay fisuras: están en contra de la interrupción legal del embarazo. Así sucede con el jefe de Gabinete Marcos Peña, su segundo Mario Quintana, la vicepresidenta Gabriela Michetti, el ministro el de Trabajo, Jorge Triaca; el del Interior, Rogelio Frigerio, y la titular de Seguridad, Patricia Bullrich. 

Lo mismo ocurre con Oscar Aguad (Defensa), Miguel Etchevehere (Agroindustria), el canciller Jorge Faurie y Guillermo Dietrich (Transporte).

De hecho, algunos de ellos, como Bullrich, cambiaron de opinión. En este caso, la funcionaria esgrime que los nietos y la edad la hicieron revisar su postura.