Inglaterra amenazó con no jugar el Mundial

El canciller británico, Boris Johnson, advirtió sobre la posibilidad de no participar si se demuestra que hubo injerencia rusa en el caso de un exespía que se encuentra en estado crítico

El canciller británico, Boris Johnson, advirtió este martes sobre la posibilidad de que Inglaterra no participe en la Copa del Mundo si se demuestra que hubo injerencia rusa en el caso de un exespía de esa nacionalidad que se encuentra en estado crítico en Inglaterra.

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"Si se demuestra que Moscú está detrás de la enfermedad de Skripal será difícil que Inglaterra participe en el Mundial que se celebrará en Rusia en junio y julio", indicó Johnson. El funcionario agregó que si se demuestra que Moscú está detrás de la inexplicable enfermedad del antiguo espía y su hija, su país responderá de manera "apropiada y enérgica".

Johnson, identificó a Sergei Skripal, excoronel del servicio de inteligencia militar ruso GRU y su hija Yulia como las dos personas que fueron halladas inconscientes el domingo en un banco fuera de un centro comercial en el sur de Inglaterra. Skripal, de 66 años, y su hija de 33 años fueron expuestos a lo que la policía calificó como una sustancia desconocida en la ciudad inglesa de Salisbury. Ambos están en estado crítico y en cuidados intensivos.

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"No sabemos con exactitud qué ocurrió en Salisbury, pero si es tan malo como parece, es uno más en la letanía de crímenes que podemos dejar en la puerta de Rusia", dijo Johnson en el Parlamento británico, informó AP. "Me temo que está claro que Rusia es ahora, en muchos aspectos, una fuerza maligna y disruptiva y Reino Unido está liderando en el mundo los intentos de contrarrestar esta actividad", agregó. Aunque las autoridades británicas dijeron que no hay un riesgo conocido para el público de la sustancia no identificada, la policía selló el área donde fue hallado Skripal, una pizzería llamada Zizzi y el pub Bishop''s Mill, en el centro de Salisbury.

Algunos investigadores usaron trajes químicos amarillos. Skripal, que entregó la identidad de decenas de espías a la agencia de inteligencia extranjera MI6 británica, recibió asilo en Inglaterra tras ser intercambiado en 2010 por espías rusos capturados en occidente como parte de un canje al estilo de la Guerra Fría en un aeropuerto en Viena.