Los 8 minutos y 52 segundos de Cristina que valen la pena volver a ver
Son apenas 8 minutos y 52 segundos. Los miro una y otra vez. Intento desentrañar si algo se esconde detrás de ese rostro, de esa mirada, de esos gestos, de ese tono de voz.
Miro y escucho una y otra vez a Cristina Fernández mientras habla de los bolsos de José López. “Lo odié como pocas veces he odiado”, le asegura a Luis Novaresio en aquella entrevista de setiembre de 2017.
Hoy, aquellos 8 minutos y 52 segundos adquieren un valor diferente. Son un verdadero documento histórico, cuando son sus funcionarios, empresarios y hasta jueces cómplices quienes reconocen que los 9 millones de dólares de los bolsos de López eran apenas una propina.
Quizá no esté mintiendo del todo Cristina cuando habla del odio que sintió hacia López. La pregunta es por qué lo odió. ¿Por ladrón o porque su torpeza terminó corriendo el velo con el que de manera grotesca se intentó negar tamaño mecanismo de corrupción?
Los bolsos que José López intentó con desesperación desenfrenada esconder en el convento de General Rodríguez hace ya dos años parecen habersen convertido apenas en una anécdota.
Eran 9 millones de dólares. Migajas entre los miles de millones embolsados de manera grotesca que deambularon por la Argentina durante los años del kirchnerismo.
Ya no es el periodismo el que denuncia. Tampoco la oposición. Ni siquiera algún resentido que quedó en el camino.
Los que ahora confiesan son los mismos que se enriquecieron, los funcionarios que gobernaron, los empresarios que aceptaron las reglas de juego, los jueces cómplices.
Se dicen “arrepentidos”. Pero vale la pena hacer una aclaración: este tipo de arrepentimiento nada tiene que ver con la ética o la moral, sino con la conveniencia frente al terror que provoca el surgimiento de tantas evidencias.
A estas alturas de las circunstancias, poco importa. Cuando el pacto de silencio se rompe y los vestigios del mecanismo de corrupción aparecen en cada pliegue de los acontecimientos, el miedo de ir a la cárcel se impone por sobre el miedo a las represalias de los poderosos que orquestaron esta trama perversa.
Después de un largo y calculado período de silencio, en setiembre del año pasado y frente a las elecciones legislativas que se avecinaban, Cristina Fernández decidió hablar ante los medios. Eligió cuidadosamente cómo y con quiénes hacerlo. Y entre los elegidos estuvo Luis Novaresio, que en su programa de A24 le preguntó sobre los bolsos de López.
Hoy, estos 8 minutos que a continuación comparto adquieren un valor diferente. Y vale la pena volver a verlos. Una y mil veces.