Si bien han existido otras experiencias en el país, esta es la primera que se desarrolla sin el aporte de tereceros. El prototipo realizado en el departamento de Mecánica de la facultad de Ingeniería platense es fruto de la educación pública, y del trabajo conjunto de ingenieros y estudiantes, que se hicieron cargo de la mecánica, los controles y las baterías diseñados e integrados a un VW Gol.
"Uno tiene que imaginarse cómo hacerlo", explica Tomás Martiarena, ingeniero de 27 años, dando cuenta de que la creatividad en base al saber, fue la clave para poder convertir un auto naftero en uno 100% eléctrico, con todo lo que ellos significa.
Junto a él trabajaron Gastón Pary, quien comenzó siendo estudiante y terminó recibiéndose en el proceso, y Damián Pellegrino, alumno avanzado de la carrera. Además del apoyo que Tomás destaca al decano de la casa de altos estudios e ingeniero aeronáutico Marcos Actis, impulsor de este tipo de proyectos a través de los que intentan dice "mostrar que en el país están los recursos humanos para avanzar".
El equipo tomó un auto que estaba destinado a ser convertido en chatarra y acaba de transformarlo en el primer automóvil eléctrico del país construido en su totalidad dentro de las paredes de una universidad pública.
El vehículo pensado para funcionar en la ciudad, tiene actualmente una autonomía de 40 km. Las baterías se cargan al enchufarlas a la corriente eléctrica durante la noche, y por la mañana el auto está listo para salir a rodar. "La idea es mostrar que es algo que se puede hacer y que hay que hacerlo, bajar la idea de que son algo futurista", explica.