Pesadez mental, falta de energía y cansancio constante son tan sólo algunos de los síntomas de este agotamiento que lleva a que concentrarse en el trabajo sea cada vez más complicado y que afecta la vida personal de quienes lo sufren. El "burnout" es aún más fuerte en la época de las fiestas, donde las tareas parecen acumularse en demasía y las responsabilidades familiares abundan.
No hay dudas de que en la actualidad el agotamiento es una preocupación alarmante. Un relevamiento llevado a cabo con médicos alemanes reveló que el 50% de los profesionales de la salud estaba sufriendo de burnout, un síndrome que se caracteriza por la presencia prolongada de estrés producido por el trabajo y cuyos síntomas incluyen fatiga crónica e ineficiencia laboral. Los individuos manifestaron sentirse agotados durante todo el día, y que el sólo hecho de pensar en el trabajo antes de levantarse a la mañana los dejaba agotados.
El especialista y director del proyecto de extensión que investiga este sindrome en la Facultad de Ciencias Médicas de la UNL, Pascual Pimpinella, dialogó con LT10 y comentó que este sindrome “es un fenómeno que está afectando a muchas personas, pero más específicamente a la población laboral de la salud y a los docentes. Quienes trabajan en estas áreas deben dedicarse a otros seres humanos, por eso son los que están más expuestos debido a su modo de trabajo. Incluso a nivel internacional existen estádisticas que indican que entre un 13 y 16% de las personas que trabajan son afectadas por esta enfermedad”.
El creciente énfasis en la productividad -y la necesidad emocional de probar que uno es merecedor de un determinado puesto- deja a los trabajadores en un estado permanente de "lucha o huida", una respuesta fisiológica ante la percepción de ataque o amenaza a la supervivencia. Pero si uno se enfrenta a ese tipo de presión a diario, se debe soportar una oleada constante de hormonas de estrés.
Como si esto fuera poco, para muchos, la presión no termina con el trabajo. Las ciudades -y los dispositivos móviles- no paran de estar activas durante las 24 horas del día.
Pimpinella continuó diciendo que “el programa que llevamos adelante desde la Facultad de Medicina intenta mostrarle a los ciudadanos los síntomas como su actitud frente al trabajo, es decir, si todos los días hacen esa tarea y de pronto cuando le toca el horario de ir a trabajar sienten que no están motivados y tienen síntomas generales, tales como trastornos, cefalea, nauseas, dolores abdominales, estamos en presencia de este síndrome de burnout. Pero muchos individuos no relacionan que es una cuestión del estado psíquico, ya después comienza con otra manifestación como la ausencia laboral. Y cuando se profundiza aun mas tiene pánico a trabajar. Nosotros hemos tenido casos significativos de personas que a cuadras de llegar a su trabajo presentaban esos síntomas. El cambio de actitud al trabajo es fundamental para reconocer ese síndrome”.
“A todos nos va afectando la situación vivencial , pero vamos dándole motivos para no reconocerlo y desenfocarlo del trabajo. En este caso es el motivo principal para alterar el estado psíquico que si se profundiza es complicado tratarlo”, finalizó.
Esta cultura de "siempre en movimiento y siempre alerta" hace que sea difícil descansar tanto durante el día como durante las noches. Sin oportunidades para recargar las mentes y los cuerpos, las baterías del ser humano están siempre bajas.