El juez Eduardo Pocoví dictó el 15 de diciembre de 2016 la prisión preventiva de Juan Enrique Vega, quien ingresó por la fuerza a la casa de su ex mujer y provocó un incendio. El sujeto además roció con combustible a uno de sus hijos y arrojó una garrafa cuando los bomberos apagaban el siniestro. La defensora pública Silvina Corvalán apeló la medida cautelar bajo el ofrecimiento de alternativas de prisión. El 3 de febrero pasado se realizó una audiencia ante el Dr. Bruno Netri quien ahora se conoce confirmó la decisión del juez de Instrucción por los delitos de “incendio doloso, amenazas y lesiones leves agravadas en contexto de violencia de género en concurso real”.
En una resolución donde repasa incluso los registros de audios y video de las audiencias realizadas a fines del año pasado, el camarista fundamentó su decisión por la concurrencia de los hechos delictivos en el marco de violencia de género y los niños como sujetos de derechos. Es así que en la resolución llama a considerar las Leyes Nacional N° 26061 y Provincial N° 12967 sobre la Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes y la Corte Interamericana de Derechos Humanos cuando argumenta que “Las manifestaciones de la presunta víctima tienen un valor especial, pues es ella quien puede proporcionar mayor información sobre las consecuencias de las violaciones que pudieron haber sido perpetradas en su contra”.
A propósito, Netri coincidió con Pocoví en que el imputado actuó dolosamente no sólo en razón de la idoneidad del medio empleado para provocar el incendio sino por los daños causados en la vivienda. Sus fundamentos se basan no sólo en las declaraciones de la propia víctima sino de testigos que corroboraron el ataque. “Corrieron un riesgo concreto (…) una vecina advirtió el bidón de nafta con el que el imputado intentó dar más combustión al fuego incluso roció a uno de sus hijos porque el niño le pedía que cese de su conducta”, agrega en el documento.
En ese sentido, el camarista también concordó en que la actitud asumida por el imputado al momento de arrojar una garrafa al lugar para impedir a terceros apagar el incendio es la de una persona reticente al cumplimiento de normas de conducta. “Además, de la ponderación de la personalidad del imputado, se desprende desinterés por la salud y bienestar de sus seres más próximos, como lo son sus hijos menores de edad, a quienes colocó en una situación de riesgo, sumado a la violenta naturaleza de los hechos”, sostiene el juez de Cámara.
Siguiendo el mismo análisis, el juez comparte la decisión del magistrado anterior en cuanto a la necesidad de que el acusado continúe el proceso en prisión por “serios y concretos riesgos procesales, tanto de fuga como de entorpecimiento probatorio”. La medida llevará cierta tranquilidad a la mujer que además se recupera de las quemaduras ocasionadas en el incendio y del trastorno que generó el siniestro en sus propios hijos y vecinos atemorizados de la posibilidad de que el imputado recupere la libertad.