El nulo o el mal uso del cinturón de seguridad causa el 20% de las muertes de niños en accidentes automovilísticos. La cruel estadística derrama de un estudio concebido con datos recolectados del National Highway Traffic Safety Administration's Fatality Analysis Reporting System -Sistema de Notificación de Análisis de Mortalidad de la Administración Nacional de Seguridad en las Carreteras- entre 2010 y 2014. El análisis de los resultados proyectan una radiografía fidedigna: en los Estados Unidos, las tasas de mortalidad infantil varían según las reglamentaciones y la severidad de las leyes vigentes en cada estado.
El estudio evidencia que las regulaciones estatales y las estrategias de divulgación de información pública y vial promueven la seguridad y prevención en siniestros, e impactan directamente en la probabilidad de vida de personas de cualquier rango etario. El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades –The Centers for Disease Control and Prevention– asoció las tasas de mortalidad con la legislación y el sistema de multas que rige en cada estado para idear un pronóstico e interpretar una red de causas y consecuencias.
La investigación reveló la lógica: los estados más preocupados en sancionar violaciones a la ley de tráfico y concientizar sobre temas de seguridad y prevención registran menos víctimas fatales en accidentes viales. La principal causa de muerte en las tres primeras décadas de vida de los estadounidenses son los accidentes automovilísticos. Según datos de organismos oficiales, más de la mitad de los decesos fueron por no utilizar o por aplicar incorrectamente el cinturón de seguridad: "la forma más eficaz de prevenir la muerte y lesiones graves en un accidente", tal como definió el informe del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades.
Los autores del estudio -publicado en The Journal of Pediatrics– identificaron a más de 18 mil niños menores de quince años involucrados en accidentes automovilísticos fatales en el período comprendido entre 2010 y 2014. El 15,9% de los casos fallecieron. Faisal Qureshi, profesor asociado de cirugía en el Centro Médico Southwestern de la Universidad de Texas y responsable del reporte, anunció que aspira que su investigación refuerce las medidas de regulación de seguridad en los vehículos y en las rutas: "La significativa variación a nivel estatal que se evidencia en nuestros hallazgos enfatiza la necesidad de una estrecha colaboración entre la comunidad de prevención de lesiones y aquellos que promulgan y hacen cumplir la legislación".
En Argentina, las muertes por accidente de tráfico gana la denominación de "genocidio por goteo". Veintidós personas mueren por día en siniestros viales, una estadística que se mantiene casi inalterable desde 1990 con casi ocho mil muertes por año. Según el Instituto de Seguridad y Educación Vial –ISEV-, febrero de 2017 en comparación con el mismo mes del año pasado registró un aumento del 25% de la mortalidad vial: el 51% fueron menores de 30 años. "Hay que ver cómo vemos socialmente un suceso, porque el día de las muertes en el recital de Olavarría (donde murieron dos personas) hubo unos 25 muertos en las rutas", comparó Eduardo Bertotti, director de ISEV.
CESVI Argentina determinó que de acuerdo a investigaciones de accidentes de tránsito las plazas más seguras son las traseras porque es capaz de conservar la habitabilidad de los ocupantes. Ante tales efectos, sugieren que los niños vayan sentados en los asientos traseros, con el cinturón de seguridad puesto o el asiento infantil apropiado según peso y altura. Por reglamentación de la Ley de Tránsito, los menores de diez años no están autorizados a viajar en el asiento delantero.
Los bebés que tengan menos de un año o pesen menos de diez kilos deben viajar sobre un asiento especial porta-bebés en sentido contrario a la marcha: el frágil cuello del niño no toleraría la fuerza del latigazo en caso de impacto frontal. Los niños de uno a cuatro años que pesen entre 10 y 25 kilos tienen que viajar mirando hacia adelante colocados en butacas especiales. Luego de los cinco años, CESVI recomienda utilizar amoldadores de altura "hasta que el niño desarrolle una contextura física que le permita quedar correctamente sujeto con el cinturón de seguridad sin la utilización de estos aditamentos". Y aconseja verificar que el cinturón toráxico no se acerque al cuello y que la banda inferior se pose sobre la pelvis y no el vientre. Para evitar así, muertes prevenibles.