Uno de cada catorce docentes han tenido algún caso entre los alumnos de la escuela en la que dan clases. La ley, desde 2013, lo considera un delito por el que pueden caber entre seis meses y cuatro años de prisión. Y sin embargo, siete de cada diez argentinos no saben qué es el grooming.
El Código Penal define que hay grooming cuando alguien “por medio de comunicaciones electrónicas, telecomunicaciones o cualquier otra tecnología de transmisión de datos contactare a una persona menor de edad, con el propósito de cometer cualquier delito contra la integridad sexual de la misma” y aunque ya hubo condenados por este motivo, se trata de una modalidad todavía desconocida por la mayoría en el país.
Según un estudio que realizó la consultora Management & Fit a pedido de la ONG Grooming Argentina, sólo el 28,4 por ciento de los argentinos puede responder de qué se trata este acoso virtual.
El 39 por ciento de las 2.000 personas que participaron de la encuesta en todo el país no sabe qué es el grooming, aunque asegura que escuchó algo sobre el tema, y el porcentaje restante -tres de cada diez personas- ni siquiera han escuchado hablar de la cuestión.
“El delito va en aumento, por eso el hecho de que todavía haya pocas denuncias tiene que ver con que se desconoce de qué se trata esta modalidad: hasta ahora no ha habido políticas públicas sobre el tema”, sostiene Hernán Navarro, director de Grooming Argentina, y agrega: “Hay un cambio de paradigma hacia lo virtual y el grooming es la forma de acoso sexual infantil de este paradigma; como otros abusos, genera daños irreversibles”.
La encuesta determinó que el desconocimiento sobre la temática es mayor entre las mujeres que entre los varones, que quienes más saben de qué se trata el grooming tienen de 16 a 34 años -y quienes menos saben tienen más de 55-, y que la noción sobre este delito baja a medida que baja el nivel educativo.
Según indica el diario Clarín, a la vez, los porteños tienen un conocimiento sobre la temática superior a la media, mientras que en las provincias de Córdoba, Buenos Aires y Santa Fe se sabe menos que en el promedio del país.