El terrorista más buscado, Younes Abouyaaqoub, el hombre de 22 años al volante de la furgoneta que el jueves asesinó a 13 personas en la Rambla, huyó a pie. Tras esos 600 metros a gran velocidad, el marroquí detuvo el vehículo a la altura del Liceu. Vestía el mismo polo a rayas que el día anterior, cuando la cámara de seguridad de un cajero le grabó en su pueblo, Ripoll. Abouyaaqoub abandonó la furgoneta alquilada, se puso unas gafas de sol, y se adentró en el mercado de la Boqueria.
Se mezcló entre la multitud que corría despavorida, sin saber qué estaba pasando, y huyendo de las escenas de muerte que ya manchaban de sangre la Rambla. El terrorista atravesó el mercado hasta la parte trasera. Desde allí se adentró en las callejuelas del Raval y caminó a paso ligero, pero sin correr para no llamar la atención. Cruzó toda Barcelona, hasta la Zona Universitària. Allí Pau Pérez, la víctima número 15, se cruzó tristemente en su camino.
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Pau no debió de tener ni tiempo de bajarse del coche. Seguramente fue al abrir la puerta, cuando Younes Abouyaaqoub le clavó un machete y le empujó al interior. El terrorista se sentó al volante del Ford Focus y condujo con la intención de huir de la ciudad.
Había circulado escasos kilómetros cuando se topó con el primer control de los Mossos. Hacía hora y media del atentado en la Rambla y la operación jaula ya estaba en marcha, con vigilancia en todas las salidas de la ciudad. Hasta 800 controles físicos se llegaron a montar esa tarde.
Younes Abouyaaqoub pisó el acelerador y arrolló a una sargento de los Mossos, que se recupera de las heridas en una pierna. Su compañero aún pudo realizar varios disparos, pero el coche avanzó hasta Sant Just Desvern, donde lo abandonó frente al edificio Walden.
Pau Pérez fue asesinado sobre las seis y media de la tarde. Murió desangrado por la herida de casi 20 centímetros que le rompió por dentro.
Desde allí, Younes Abouyaaqoub hizo una llamada telefónica en árabe que oyó un vecino del Walden y se esfumó, corriendo. Hasta hoy, que sigue en paradero desconocido, pero con las policías de toda España y Europa tras su pista.