Este miércoles, Hilario Valinotti fue al aeródromo de Sunchales para buscar una avioneta y “despuntar el vicio” a sus 82 años, como tantas otras veces desde que se jubiló. Lo que no sabía es que un cable de alta tensión se interpondría en su camino, y encontraría la muerte.
Porque Hilario no era un improvisado. “Fue presidente del Aeroclub de Sunchales y tenía una amplia trayectoria en línea aérea”, cuenta a Todo Pasa su amigo, Julio Arisio, actual titular de esa institución. “En Aerolíneas Argentinas había sido el piloto que hizo el primer vuelo transpolar de la compañía, y fue quien trasladó a Juan Pablo II en 1982 durante la guerra (de Malvinas)”, agregó.
Además, había preparado a “muchos alumnos que hoy están volando” (para distintas empresas). El propio nieto de Hilario es comandante en AA.
Por eso, el hombre salía a “disfrutar” de los vuelos con la tranquilidad del deber cumplido y del reconocimiento ganado. “Era toda una institución en la comunidad aeronáutica”. Y en Sunchales, claro, donde residía desde 1992 con su familia, tras desarrollar su carrera en Buenos Aires y pese a ser oriundo de San Francisco.
Hilario estaba contento: poco antes de subirse a la avioneta les recordó a sus amigos del aeródromo que un 9 de octubre, hacía 58 años, había recibido su brevet de piloto. Y con esa idea, se embarcó -sin saberlo- en su último vuelo.