Con el respaldo de sus pares, el obispo de San Isidro, monseñor Oscar Ojea, fue elegido nuevo presidente del Episcopado, con mandato hasta 2020. Reemplazará al arzobispo José María Arancedo, que cumplió su segundo período, tras una votación que reunió en Pilar a los 89 obispos titulares y auxiliares de todo el país. Lo acompañarán en la comisión ejecutiva el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Poli, como vicepresidente primero; el obispo de La Rioja, Marcelo Colombo, como vicepresidente segundo, y el obispo de Chascomús, Carlos Malfa, que fue reelegido como secretario general.
Ojea, de 71 años, presidió en los últimos seis años la institución Cáritas, el brazo social de la Iglesia, y se consolidó como una de las voces de mayor predicamento en la Iglesia, en el campo social. De estrecha relación con el papa Francisco, de quien fue uno de sus obispos auxiliares, tiene una fuerte ascendencia entre los obispos más jóvenes y, particularmente, entre las nuevas generaciones de sacerdotes. Denunció reiteradamente en sus homilías y pronunciamientos el escándalo de la pobreza y las situaciones extremas de exclusión social, en sintonía con el pensamiento y la línea de Francisco.