Este lunes se inició el juicio oral y público contra Manuel Díaz en los tribunales de Vera. Se trata del empleado judicial (primero de Instrucción, luego del Sistema Público de la Defensa Penal) acusado de haber abusado sexualmente de su hija desde sus nueve hasta sus 15 años, y de volver a hacerlo cuando recuperó la libertad, tras la nefasta decisión de un juez de Investigación Preparatoria.
Además de generar un daño irreparable en la chica, los hechos en torno al caso resonaron en toda la provincia porque, de una u otra forma, salpicaron también a policías, defensores públicos e incluso a una docente, tía de la víctima.
INICIO DEL CALVARIO
En febrero de 2015, una adolescente de 15 años denunció en Vera a su padre. La menor sufría maltratos desde que tenía seis años, y a partir de sus nueve años esos maltratos se habían convertido en abuso sexual.
El hombre, empleado judicial de carrera, era el encargado de la guarda de la niña y convivía con ella, con su otra hija de 17 años y con su madre sexagenaria.
El 27 de ese mismo mes y año, Manuel Díaz fue detenido y al día siguiente se le dictó la prisión preventiva por 70 días. A los dos meses se realizó una cámara Gesell, en la que G.D. contó su calvario.
Con esa medida probatoria hecha efectiva, el juez Gustavo Gon consideró que ya no había motivos para mantener encerrado al presunto victimario, y lo excarceló. Sabiendo a su progenitor libre la nena hizo un retroceso brutal en su tratamiento psicológico e incluso llegó a intentar suicidarse, al tiempo que su agresor buscaba todos los medios para acercársele.
El 24 de junio de 2015, Díaz interceptó a su hija en las calles de Vera, la golpeó hasta dejarla casi inconsciente, la llevó a un descampado y la violó nuevamente. El episodio indignó a los vecinos verenses, según contó por aquel entonces un periodista local a LT10.
El juez Gon no tuvo otro remedio que admitir su grosero error y dejar encerrado al ya llamado “padre violador”.
LOS CÓMPLICES MENOS ESPERADOS
A mediados de septiembre de 2015, G.D. recibió una llamada de su hermana, que le pidió ayuda asegurando que había sufrido lo mismo que ella y acudió a la puerta de la alcaidía de Vera, donde estaba alojado Díaz. Supuestamente, la idea era denunciar en conjunto al padre de ambas, pero resultó emboscada por aquélla, su abuela (Juana Margarita Zárate) y su tía (Liliana Díaz), esta última directora de una escuela de Fortín Olmos que no se privó de amedrentar a su sobrina con un arma de fuego.
Entre las tres mujeres llevaron a la víctima cara a cara con su abusador, que la amenazó para que retirara la denuncia.
El episodio generó consecuencias de todo tipo: apartamiento de funcionarios policiales, pérdida del cargo docente para la tía, puesta a disposición de la Justicia de Menores de la hermana. Además, se les abrió un sumario y posteriormente una causa judicial a los defensores (del Sistema Público) de Díaz.
Esa causa involucra a todos los cómplices del abusador, que fue inmediatamente trasladado a la cárcel de Las Flores. Y fue en esa misma unidad penitenciaria donde poco después fueron halladas y detenidas su madre y su hermana.
DESACREDITAR A LA VÍCTIMA
Luego de alrededor de 15 recursos presentados por la defensa del acusado, que dilataron el proceso por más de dos años, este lunes 5 de marzo se realizó la primera jornada del juicio oral y público contra Manuel Díaz.
En diálogo con LT10, el fiscal que investigó los hechos, Leandro Benegas, relató lo sufrido por G.D. y comentó que presentó dos acusaciones por 20 y 21 años de prisión, por lo que en función de la unificación de penas, la solicitud final quedó en 30 años de cárcel efectiva.
El tribunal pluripersonal a cargo del debate estará integrado por los jueces Mauricio Martelossi (presidente); Claudia Bressán y el abogado de la matrícula Leandro Díaz que fue sorteado conjuez.
Se prevé un proceso extenso, que duraría hasta el 10 de abril, cuando se conocerá la sentencia.
Los expedientes son dos. En el primero se investigan los abusos reiterados sufridos por la menor (hoy ya de 18 años) en su infancia y adolescencia, por los que se atribuye a Díaz los delitos de abuso sexual con acceso carnal agravado (por el vínculo y por ser el autor el encargado único de la guarda y cuidado de la menor, aprovechándose de su situación de convivencia), abuso sexual gravemente ultrajante (por la circunstancia de su realización), reiterado y agravado (por el vínculo y por ser el autor el encargado único de la guarda y cuidado de la menor, y aprovechándose de su situación de convivencia) y corrupción de menores agravada (por el vínculo), todo en concurso real.
El segundo legajo es por la violación en la calle. En este caso, fue imputado por abuso sexual con acceso carnal agravado (por haber producido un grave daño en la salud física y moral de la víctima; por el vínculo al ser el autor el encargado único de la guarda y educación de la menor y tener la tenencia judicial de la menor en forma exclusiva). En tanto, por haberla perseguido previamente por redes sociales y en persona, Benegas le atribuyó la autoría del delito de desobediencia a una orden judicial. Los dos hechos fueron atribuidos en concurso real.
La madre de la víctima y expareja del acusado se constituyó como querellante. En el juicio estará representada por el abogado Nicolás Vera del Centro de Asistencia Judicial (CAJ) de la ciudad de Vera.
En esta primera audiencia, la defensa de Díaz quiso tildar a la víctima de “mentirosa” y “fabuladora”. No obstante, el fiscal confía en que los 100 testigos que se presentarán a declarar darán cuenta de la veracidad de sus dichos, junto con los resultados de la cámara Gesell y otros elementos probatorios que el letrado consideró “contundentes”.
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