Julio César González tiene 29 años, es venezolano y oriundo de Barinas (al oeste del país chavista). El 27 de febrero llegó a Santa Fe y fue alojado por simpatizantes de Colón, pese a que él esta noche hinchará por su contendiente en la Copa, Zamora.
Julio asegura que sigue al plantel donde vaya. Pero esta vez el partido no es más que una excusa. Lo cierto, contó por Todo Pasa, es que busca un futuro mejor para sus tres hijos, que viven en el convulsionado país bolivariano.
Julio César (al centro a la derecha) con el Zamora en la piel y rodeado de sabaleros.
Por eso, el 4 de enero salió de su ciudad y por 54 días caminó e hizo dedo. Atravesó Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y parte de Argentina. Para él sacar un pasaje de avión es imposible: le demandaría 10 años de trabajo.
Lo importante era llegar a Santa Fe. Se instaló en barrio Santa Marta, en el oeste de la ciudad, donde fue recibido con “gran hospitalidad por la banda de Colón”. Probablemente eso terminó de decidirlo: quiere quedarse.
Su familia lo apoya, asegura, y está acompañado por otro joven que tiene los mismos planes. De hecho, los otros jóvenes que vinieron no tomaron aún la misma decisión porque aún son muy chicos. Por lo demás, la situación no da para más. “La tristeza es muy grande; estamos muy mal (en Venezuela)”, lamentó.