Se acerca el 2 de abril. Todavía duele. Sin embargo, este año los familiares y excombatientes de Malvinas lograron la identificación de 90 soldados enterrados en el cementerio de Darwin. Este lunes, los familiares viajaron a las Islas y visitaron el cementerio con la certeza de estar, por primera vez, llorando sobre la tumba del ser querido.
Julio Aro, es un excombatiente que se puso al hombro el proceso de identificación de los soldados enterrados en Malvinas, en 2008. Geoffrey Cardozo, es el británico que reunió los cuerpos y se encargó de la construcción del cementerio de Darwin.
Ambos, son propuestos como candidatos para recibir el Premio Nobel de la Paz por la Universidad Nacional de La Plata debido a su labor humanitaria durante y después de la Guerra de Malvinas.
Julio Aro, habló por LT10 y con respecto a la propuesta comentó que "fue una sorpresa, jamás buscamos nada de esto. Que reconozcan la labor que uno ha hecho es lo más gratificante que hay, es un honor".
Sin embargo, el excombatiente remarcó que "el premio más lindo y más grato fue el abrazo permanente de las mamás, esas lágrimas que te dicen gracias, ese apretón de manos fuerte".
Recordó la visita del lunes al cementerio de Darwin, y rescató: ""Mirar a las madres cuando le dicen a Cardozo 'Son las últimas manos que tocaron a mi hijo', es hermoso, no hace falta más nada".
Cardozo, quien se encargó de preservar y enterrar los cuerpos de los soldados argentinos y dejar sus pertenencias en las tumbas, también diálogo con LT10. "La primera cosa que se me pasaba por la cabeza era la madre de este hijo", rememoró.
Además, reconoció que aún en medio de la guerra registraba en un anotador todos los datos posibles de los soldados para "preservar a estos chicos para su futura identificación”.