Las bajas temperaturas aún no se hicieron sentir tanto en el país pero la gripe de cada año ya llegó para quedarse. Según afirman los especialistas, la cepa de este año es la que se conoce como “gripe australiana” y es la más peligrosa de las cuatro cepas de influenza estacional. El virus causa tos, sensación de garganta irritada, dolor de cabeza, dolor muscular y fiebre alta más de 38.
Antes de llegar al hemisferio Sur, la gripe pasó por el Norte y en Estados Unidos, según informes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), alcanzó la mayor intensidad desde la pandemia de 2009 y superó las tasas de infección de la temporada 2014-2015 (en la que dominó esta la misma cepa) que dejó 710 mil estadounidenses hospitalizados, de los cuales 56 mil murieron.
La Fundación Centro de Estudios Infectológicos (Funcei) afirma que esta cepa está asociada con más hospitalizaciones y muertes. Lo que llamó la atención en Estados Unidos fue que afectó más a las personas de entre 50 y 64 años que a los niños. “Esto representa un cambio de lo que hemos visto en el pasado”, dice el experto de los CDC. “En el pasado, los niños pequeños habían sido el grupo más afectado”.
El Ministerio de Salud de la Nación ya puso en marcha una campaña de vacunación antigripal, instando a inmunizarse a las personas que integran los llamador “grupos de riesgo” que son: niños de entre 6 meses y 2 años, embarazadas, puérperas (10 días posteriores al parto), mayores de 65 años, personal de salud y personas que tengan alguna enfermedad crónica. En estos casos la vacuna es obligatoria y gratuita.
“Hemos adquirido más de 10 millones de dosis para distribuir entre adultos y niños en todo el país con un presupuesto de más de 1.200 millones de pesos. El objetivo fundamental es inmunizar a toda la población de riesgo”, indicó el ministro de Salud, Adolfo Rubinstein.
Los médicos y científicos odian esta cepa porque tiende a ser difícil de controlar. Fue detectada por primera vez en 1968 en Hong Kong y mató un millón de personas en todo el mundo.
No hay que asustarse pero sí es importante prevenir, vacunándose, consumiendo alimentos que nos ayuden a reforzar nuestras defensas, lavándonos las manos frecuentemente y ventilando las habitaciones y espacios que frecuentamos.