El pasado 11 de septiembre no iba a ser un día más para la familia López. Mientras transcurría un día con poca actividad debido al día del maestro una situación iba a romper la tranquilidad de la familia. María Sol de tan sólo 20 años hija de Gustavo y Nancy cayó desplomada al piso sin saber que era lo que estaba pasando. De manera urgente la familia llamó al 107 que no demoró en llegar y mientras pidió la colaboración del Dr. Luis Gaite que es vecino de la familia y la asistió desde un principio. Tras ser revisada por el médico David Biegker del personal de emergencias comienza a ser reanimada ya que su corazón no latía.
“Recibimos un código rojo y nos encontramos con una paciente con un paro cardiorespiratorio. Empezamos con el trabajo de reanimación que duró varios minutos y cuando vimos que ya estábamos cansados físicamente llamamos a otro móvil. En total entre los dos móviles estuvimos trabajando más o menos 42 minutos. Ahí decidimos sedar al paciente, entubarlo y la llevamos al shockroom del hospital Cullen desde calle Saavedra al 3300 donde siguió el trabajo de reanimación por otros 40 minutos. En ese lugar es que la paciente sale del paro y comienza a latir su corazón nuevamente.
Consultado sobre la rareza del caso y el tiempo transcurrido para la reanimación el médico del 107 destacó que “es un caso raro porque luego de tanto trabajo de reanimación pensamos que el pronóstico neurológico no iba a ser bueno y sin embargo fue óptimo”.
En lo personal Biegker destacó que es algo que te da muchas ganas de seguir. Es un trabajo en equipo con el chofer Ariel Fenia, el enfermero Sergio Carpio y luego con el otro equipo integrado por Fernada Trucco, Daniel Zuber y Matías Malenque. Eso es lo que más nos llena de orgullo haber podido hacer un trabajo en equipo y que haya dado buenos resultados. Siempre uno tiene como objetivo trabajar de manera óptima y creo que este fue el caso con una perfecta coordinación entre las personas y todas las unidades de atención.
Con respeto al tiempo que se realizó la reanimación el médico explicó que en el protocolo no hay un tiempo para hacer esta práctica. Notábamos que si bien el corazón no funcionaba bien algo de energía quedaba y por eso decidimos seguir un poco más.
Una placa como reconocimiento
La paciente estuvo en el shockroom por unas horas y tras estar estable fue derivada al Sanatorio San Jerónimo donde permaneció internada por unos días. A manera de agradecimiento sus padres decidieron colocar dos placas en el Hospital Cullen en reconocimiento al excelente trabajo realizado que le devolvió la vida a su hija. De esta manera colocaron dos placas: una agradeciendo al 107 y otra agradeciendo al personal de shockroom que permitieron que María Sol tenga una nueva oportunidad de vida.