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Lunes 25 de Mayo de 2015 - 20:43 hs

Los mejores alimentos para cambiar la dieta y comenzar a incluir recetas \\"anticáncer\\"

Odile Fernández es médica y le diagnosticaron cáncer, mientras realizaba el tratamiento de quimioterapia diseñó una dieta que le ayudó a vencer la enfermedad.

Actualizado: Martes 08 de Marzo de 2016 - 05:51 hs

A Odile Fernández le diagnosticaron cáncer de ovarios con múltiples metástasis y una expectativa de vida corta. Ella decidió que quería vivir, pero sabía que para eso tenía que ser parte activa de su enfermedad. Entonces se puso a investigar y decidió diseñar una dieta y un estilo de vida anticáncer que la acompañarían durante la quimioterapia. A los pocos meses, para sorpresa de su oncólogo, el cáncer había desaparecido. Además, contra todo pronóstico, pudo quedar embarazada y el año pasado nació su segundo hijo. Consciente de lo que la alimentación y el estilo de vida pueden hacer para prevenir ésta y otras tantas enfermedades, creó un blog y publicó varios libros, donde explica todo lo que fue aprendiendo en sus investigaciones y también sus recetas anticáncer. Para sus médicos, lo suyo fue un milagro. “Pero un milagro muy trabajado”, asegura.

–¿Podrías contarnos cómo fue tu experiencia?
–Cuando me diagnosticaron cáncer, el mundo se me derrumbó. Tenía 32 años, y un niño de 3 años. Soy médica y sabía qué significaba tener un cáncer tan extendido. Sabía que mis expectativas de vida eran limitadas. Al principio lloré mucho. Sentí mucho miedo. Incertidumbre, pánico y desesperanza. Creí que iba a morir y que mi hijo iba a quedar huérfano. Ver a ese pequeñín que me necesitaba tanto fue mi motivación para sanarme. El tener una razón por la que aferrarte a la vida hace que nazca la esperanza y el deseo por sanar y vivir.

–¿Cuáles creés que fueron los factores que intervinieron en tu curación?
–Cuando decidí que necesitaba sanarme, empecé a buscar información sobre la relación del cáncer con la alimentación, los estilos de vida y las emociones. Comencé mi tratamiento de quimio y empecé a diseñar un plan de sanación basado en mis investigaciones médicas. Apliqué esos conocimientos y día a día notaba cómo mejoraba. A mitad del tratamiento de quimio las pruebas confirmaron que ya no había restos de enfermedad. Creo que en la sanación intervinieron múltiples factores: la medicina alopática, la alimentación y el ejercicio, pero sobre todo la actitud.

–¿En qué basaste tu investigación?
–Basé mi investigación en pubmed. Pubmed es un buscador de artículos de investigación biomédica ofrecido por la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos. Mientras investigaba diseñé mi propio plan de sanación que fui aplicando junto con la quimioterapia.

–A medida que ibas investigando, ¿cuáles fueron los datos o las cifras que más te impactaron e impulsaron tu cambio?
–El 33% de los cánceres se pueden prevenir, según la OMS, a través de la alimentación, y dos de cada tres cambiando la alimentación y el estilo de vida. Así que pensé que si estos cambios servían para la prevención, también podrían servir durante el tratamiento. Observé cómo hospitales pioneros en tratamiento del cáncer incorporaban la alimentación y la educación de las emociones en sus servicios para enfermos con cáncer. Pensé que intentando no perdía nada.

–¿Cuáles fueron los primeros hábitos que cambiaste en tu vida?
–Dejé la carne, el azúcar, los refinados y procesados, y empecé a comer más vegetales y fruta. Comencé a hacer ejercicio: caminar, yoga, chi kung (una terapia de origen chino basada en el control de la respiración). Empecé a meditar y practicar visualización creativa.

–¿Enseguida sentiste y notaste los efectos de este cambio? ¿O los beneficios son más a largo plazo?
–A los pocos días comencé a encontrarme mejor, desapareció el dolor. Sentía más energía y vitalidad, y notaba como las metástasis que eran palpables desaparecían. Obtuve resultados excelentes. Pero no puedo decir que la alimentación cure, ¡ojo! En general, el cambio de alimentación es positivo para todo el mundo, sea cual fuere su enfermedad.

–A raíz de tu experiencia y de tu investigación, ¿qué papel dirías que juega la alimentación en el cáncer y otras enfermedades? ¿Cura, previene, acompaña?
–La alimentación nos puede ayudar a prevenir muchas enfermedades: diabetes, obesidad, patologías cardiovasculares, y es un complemento perfecto para el tratamiento de estas enfermedades.

–¿Y las emociones?
–Se ha comprobado que las emociones influyen en el origen y evolución de muchas enfermedades. Sentimientos negativos como la depresión, la ansiedad o el miedo nos predisponen a enfermar al deprimir nuestro sistema inmunitario. Por el contrario, sentimientos como la alegría, el amor y la felicidad nos conducen indefectiblemente hacia la salud y el bienestar.

–¿Cuál suele ser la opinión de los oncólogos ante la idea de que la alimentación y una mejor calidad de vida pueden ayudar al paciente? ¿Por qué no suelen aconsejar esta opción?
–Creo que todos los oncólogos saben que la alimentación influye en el origen del cáncer, pero algunos aún no creen que sea importante durante el tratamiento. Si la alimentación previene el cáncer y previene la recidiva o recaída, ¿cómo no va a influir durante la enfermedad? Creo que hay falta de formación e interés por parte de los médicos y las enfermeras.

–¿Cómo sería para vos una buena dieta anticáncer?
–Hay que alimentarse a base de productos vegetales variados: verduras, frutas, legumbres, semillas, frutos secos, cereales integrales. También tienen cabida el pescado y los huevos, pero se limita la carne. Es una alimentación preparada en casa con cocciones suaves: alimentos crudos, al vapor y hervidos a baja temperatura.

–¿Y qué es lo primero que hay que eliminar?
–Los alimentos refinados y procesados; los aceites de semillas refinados; los fritos, las parrilladas y los ahumados; las carnes rojas y los embutidos.

–¿Qué ingredientes nunca faltan en tu casa? ¿Cómo es tu menú habitual?
–Cúrcuma y verduras frescas. Desayuno con copos de avena, semillas y fruta. A mediodía, ensalada y vegetales con legumbres o cereales integrales. Por la noche, ensalada con palta y frutos secos.

–¿Qué fue lo que más te costó dejar?
–¡El queso!

–¿Con qué reemplazás el azúcar?
–Con stevia, sirope de agave o yacón, con miel o sirope de arce.

–Últimamente se ha hablado mucho de la leche de vaca...
–Se ha asociado el consumo de leche con el cáncer de próstata y ovario, por lo que recomiendo limitarla. Es mejor consumir yogur y como máximo un lácteo al día. Es mejor tomar leche de cabra que de vaca, porque sus proteínas son más digeribles.

–En su lugar, ¿a qué fuente de calcio deberíamos recurrir?
–No dudaría en elegir las almendras, los frutos secos, las algas, el sésamo.

–¿Deberíamos tomar más soja?
–No. La soja solo es saludable si no es transgénica y se consume fermentada –miso, salsa de soja–, pero sin abusar; dos o tres veces por semana.

–En la Argentina se come mucha carne y mucho asado. ¿Cuál es tu opinión al respecto?
–El alto consumo de carne roja y embutidos se asocia a más cáncer, sobre todo de colon. Uruguay y la Argentina son los países de América del Sur que más cáncer padecen y el alto consumo de carne y embutidos preparados a la parrilla podrían ser los culpables.

–Otro eterno debate es el del microondas. ¿Es perjudicial o no?
–En el microondas no tenemos que calentar recipientes de plástico con comida. Mejor usar cristal o porcelana. Pero lo ideal es cocinar al fuego.

–Cambiar un estilo de vida no es fácil… ¿Por dónde hay que empezar?
–Hay que ir poco a poco; comenzar cambiando alimentos refinados por integrales, los aceites refinados por aceite de oliva virgen extra. Limitar las frituras y parrilladas y usar técnicas de cocción menos agresivas con los alimentos. ¡Tenemos que recuperar la cocina de nuestras abuelas!