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Viernes 03 de Julio de 2015 - 00:19 hs

"Espíritu traidor" debutó con un Teatro Municipal colmado

“Tavo” Angelini, Luciana Tourné y Rubén Von der Thüsen encabezan el elenco de más de 40 artistas que hacen su parte en cada jornada, continuando con los ensayos generales, mientras la sala mayor cobra la fisonomía del mundo imaginado por Joaquín Bonet, el autor de esta obra inspirada en “Sueño de una noche de verano” (William Shakespeare).



El proceso



Rubén Viani es el director general, y es también responsable de la puesta en escena. Su vínculo con Santa Fe comenzó varios años atrás, cuando comenzó a frecuentar la ciudad dictando talleres de comedia musical y actuación. El trabajo de compañías, institutos y escuelas dedicadas al teatro musical comenzaba a generar un interés, que se plasmaba en el estreno de obras que abordaban este género. Atento a ese desarrollo, el Gobierno de la Ciudad convocó a Viani -a través de la Secretaría de Cultura-, para que dictara dos seminarios intensivos en 2014, en el marco de una nueva producción teatral que fue creciendo y doblando la apuesta en todos sus aspectos.

El proyecto se concibió como un proceso de aprendizaje para quienes participaron, repitiendo otras experiencias en las que el Estado municipal asumió el desafío de una producción integral. A lo largo de estos meses, se iría conformando un equipo, que combinó el talento de los profesionales especialmente invitados con referentes de la escena local que desempeñaron un rol clave en el trabajo cotidiano con el elenco. En el mes de marzo se realizaron las audiciones para seleccionar a los actores, cantantes, bailarines y músicos, proponiendo a los artistas santafesinos una instancia poco habitual en las producciones locales, que representó también un aprendizaje.



Espíritu shakespeareano



“En esta obra todo es original: la música, la escenografía y el vestuario son para esta producción”, explica Viani para referirse a la magnitud del proyecto. “‘Sueño de una noche de verano’ es el disparador, pero en esta historia aparecen espíritus en lugar de los duendes y hadas de la obra original. Para nosotros los espíritus son más cercanos culturalmente; o el juego de la copa, que es un disparador para que ellos aparezcan”, detalla a continuación.

En esta versión contemporánea del clásico, agrega, “partimos de un rockero que vuelve a su ciudad de origen después de muchos años, y de haber sido traicionado; y eso obviamente no ocurre en el original. Pero hay temas en común respecto del original, como son el amor y el erotismo. Con Bonet creemos que el espíritu shakespeareano sobrevuela nuestra versión”.

“Esto también es algo que nos propusimos con la secretaria de Cultura, Patricia Pieragostini, y Gustavo Nardi cuando planteamos el proyecto: hacer una obra cercana a los santafesinos, y por eso el epicentro es la isla. La historia tiene que ver con Santa Fe y el litoral, tiene que ver con este lugar”, asegura.



Escenografía y vestuario



Magali Acha creó la escenografía de la obra a partir de esos lineamientos que planteaban la necesidad de anclar la historia en el paisaje del litoral, en los colores de la isla y el río. “La escenografía se pensó con una impronta santafesina, con materiales familiares para el público. Por eso tenemos por un lado una estructura metálica y de madera que remite a un muelle, con materiales que aluden al puente de Santa Fe, en una escenografía conceptual”, describe, para referirse luego a otros elementos que aluden a la vegetación propia de las islas, y apelan a la imaginación del espectador para crear el entorno de esta historia.

Escenografía y vestuario se ven atravesados por dos mundos: el de la naturaleza litoraleña habitada por espíritus y el mundo de los vivos. Y así lo explica también Lucía de Frutos, quien creó el vestuario de esta obra: “A los personajes vivos y a los espíritus los compusimos a partir de un código separado para que haya una diferenciación entre ellos; y trabajamos cada uno de los personajes a partir de algunas piezas que estaban en la Sastrería Teatral, y en base a otras que fueron apareciendo”.



Ópera rock



La música compuesta por Francisco Martínez Castro sonará en vivo en las cuatro funciones del estreno, recuperando la tradición del teatro de ópera donde la escena se vigoriza con la música interpretada desde el foso ubicado frente al escenario. Al evocar el proceso de composición, Martínez Castro se refiere a una búsqueda “intensa” para crear motivos melódicos, texturas e ideas, con el objetivo de que las canciones sean parte de una construcción con identidad propia: “los motivos se van trasladando dentro de la obra, lo que genera una sensación de obra completa y no simplemente de una lista de canciones que se suceden. Fue un desafío, no fue difícil en el sentido de haber sufrido este proceso, sino un trabajo de muchos meses, que implicó coordinar con muchas personas”.

Influido por diversos estilos e incorporando en su creación pequeños homenajes a compositores clásicos y al rock nacional, el músico reconoce una gran libertad a la hora de componer: “Había letras e ideas desde el guión, que marcaban por dónde podía ir el estilo, pero fui muy libre y pude volcar muchas influencias y colores de músicas que a mí me gustan. Hay momentos que remiten al rock de la década de 1980 en Argentina, como Serú Girán y otras bandas que hubo en ese momento; pero también, para los motivos incidentales pude encontrar otros tipos de colores que remiten a compositores de música clásica”. Y refiere a motivos inspirados en Sergei Prokófiev, en “Sueño de una noche de verano” de Mendelssohn, y en compositores como John Williams y George Gershwin. “Los espectadores con conocimientos de música podrán advertir esas referencias musicales”, anticipa Martínez Castro, pero aclara que aquellos que no los identifiquen podrán no obstante disfrutar de la música, “de lo que cuenta cada canción, acompañando los diferentes climas por los que atraviesa la historia, que es muy dinámica”.

“Con los músicos que seleccionamos en las audiciones, armamos una banda que es un verdadero dream team. Son extraordinarios, divertidos, con una formación musical completa y una disposición al trabajo intachable”, reconoce. Desde el foso también se sumarán las voces de refuerzo -conocidas en comedia musical como “pit singers”-, un apoyo vocal para los momentos de mayor exigencia aeróbica del ensamble, que se sumarán en vivo en esta puesta, algo que no siempre ocurre en este tipo de producciones, donde a veces se recurre a pistas grabadas. “Los cinco cantantes también son extraordinarios, profesionales y talentosos, y cumplen muy bien su función de apuntalar”, destaca el director musical.



Contar con el cuerpo



Un ensamble de 18 bailarines interpretará las coreografías creadas por Barby Ostrovsky, otro elemento fundamental en el teatro musical, que exige también un trabajo interpretativo integral: “Ensayamos todos estos meses y fuimos aprendiendo el código de la comedia musical, donde las coreografías cuentan la historia. Es importante que no sean los bailarines los que bailan sino que sean los personajes los que cuentan cada una de las canciones”, explica Ostrovsky, y destaca que “la comedia musical tiene un tiempo que es muy veloz, hay que estar muy alerta, muy despierto y atento a todo porque la música empieza, la luz se coloca y hay que estar ahí contándolo a toda velocidad”.



Destacado elenco



Con Tavo Angelini, Luciana Tourné y Rubén Von der Thüsen en los roles protagónicos de Redo, Florencia y Martín respectivamente, el elenco cuenta con Lucas Ranzani (Oreja), Camilo Céspedes (Morsa), Demián Sánchez (Ladri), Juan Candioti (Espinillo), Federico Celario Ocampo (Vetusto), Daniela Romano (Tiziana), Magalí Airala (Aldana), Martina Ponce Couré (Rocío), Guillermo Ibáñez (Jhonny), Julián Reynoso (Leo), Marisa Oroño (Marta) y Mirta Rossi (Edna).

El ensamble de bailarines está integrado por Yasmin Ríos Satuf, María Jimena Gómez, María Eva Papaleo, Julieta Taborda, Mariel Barcos, Lucila Balocco, Cecilia Romero Kucharuk, Juan Pablo Porretti, Federico Wild, Franco Benítez, Maximiliano Sena, Matías Forconi, Francisco Machado y Francisco Aguirre.

El coro se compone con las voces de Mauricio Oromez, Agustín Ferrero, Elizabeth Schmidhalter, Luciana Braunstein y Lorena Niere; mientras que la música será interpretada en vivo por María Fernanda Lagger y Pablo Marcelo Aristein en saxo, Luisina María Gioria en flauta, Luciano Stizzoli en el piano, Nicolás Yozía en guitarra, Alexander Russell White en bajo, Hugo García en la batería y Julia Avvedutto en cello.



Equipo santafesino



Junto a Rubén Viani, trabajaron Barby Ostrovsky en coreografía, Francisco Martínez Castro en la dirección y composición musical, Magali Acha en el diseño de escenografía, y Guillermo Pérez en diseño de sonido. Gustavo Palacios Pilo se desempeña en la asistencia de dirección; Alicia Ortiz y Cecilia Romero Kucharuk, en la asistencia de coreografía; y Juan Candioti es el asistente de dirección musical.

Oscar Peiteado trabajó junto a Rubén Viani en el diseño de luces, y Dafne Aidoni se desempeñó como asistente de escenografía. Lucía de Frutos diseñó el vestuario, y cuenta con la asistencia de Mercedes Barone; y la colaboración de Marité Quiroga y Evelin Medina. Melisa Guerrero y Gastón Gerstner son los encargados de la caracterización del elenco. La realización escenográfica estuvo a cargo de Leonardo Rusillo, David Lencina y Melisa Guerrero, con un importante apoyo por parte de los Talleres Municipales, donde se realizaron trabajos de carpintería y herrería. Facundo Bordas y Lautaro Malato trabajaron para esta producción como luthiers, en la realización de instrumentos que requiere la puesta.



Nuevos públicos



Uno de los objetivos de esta producción ha sido acercar nuevos públicos al género de la comedia musical, repitiendo además una experiencia que se ha dado en estrenos anteriores. Entre martes y miércoles, 565 estudiantes de escuelas de nivel medio y terciario, pasarán por la sala mayor para asistir a ensayos generales destinados especialmente para ellos. En esas funciones, el público estará integrado por alumnos de la Escuela Provincial de Teatro, de las escuelas Media N° 507 y N° 809, de la Escuela N°440, del CREI, de la Escuela Provincial N° 3023 “Profesor Juan Mantovani”, del Instituto Castañeda, del taller de Comedia Musical de Alto Verde; cursos de Danza, Música y Artes Visuales del Liceo Municipal “Antonio Fuentes de Arco” y el grupo de Teatro de Adultos del Programa Arte y Comunidad del Gobierno de la Ciudad.



Entradas en venta



Las localidades ya pueden adquirirse en la boletería del Teatro. Su valor varía según la ubicación elegida: platea baja y alta, palcos bajos y altos, 150 pesos; tertulia medio, 120 pesos; tertulia lateral, 80 pesos; grada y paraíso, 50 pesos. Es importante señalar que esta producción del Gobierno de la Ciudad cuenta con el auspicio de Hotel Río Grande, Tregar, New Style, Cerveza Santa Fe y Escuela de Comedia Musical Bla!