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 Graciela Fernández Meijide prefirió no recoger el guante, no alimentar una polémica de la que no se sintió parte. Hebe de Bonafini la acusó ayer de haberse "tomado una cuantas botellas" por haber participado de un ciclo de debates sobre la violencia política en los años 70 organizado por una universidad privada en el que estuvo Cecilia Pando. Pero la ex senadora rehusó contestarle.

"Lo que diga Hebe no siento que me roce; tengo una enorme compasión por ella", dijo al ser consultada sobre el tema en Radio Del Plata. La activista por los derechos humanos se mostró comprensiva con Bonafini y dijo que la respeta "por lo que fue".

"Hebe, como yo, como miles, pasó por lo que nunca debe pasar un ser humano. No hay sufrimiento peor que lo secuestren a tu hijo, que no sepas dónde está, y que tu imaginación te lleve por los meandros al horror. Y que un día vos tengas que decir \\'está muerto\\'. A eso nos obligó la dictadura, a eso la obligó a Hebe con dos hijos y una nuera", indicó.

Meijide aseguró que una situación así "te destroza, te produce odio, ganas de venganza". En ese sentido, sostuvo que "hay gente que puede sobrevivir psíquicamente la situación, y hay gente que no puede, y no es culpable de no poder". A su entender, ese fue el caso de la presidente de Madres de Plaza de Mayo.

"Por las razones que sean, (Bonafini) acopla bien con un gobierno al cual le agradece que se reinicien los juicios que anhelaba y que de ahí en más refuerza toda su agresividad", dijo. Y estimó que allí es donde ella y otros pasan a ser blancos de sus críticas. De todos modos, dijo que no hay que asombrarse. "Si la Presidenta puede decir que un grupo de periodistas es un grupo de tareas; yo sé lo que es un grupo de tareas...", añadió.

En la entrevista, Meijide observó que hay dos heridas "que no se saldaron completamente" en la Argentina y que en su opinión sirven para entender el presente: "Una es la de los 70 y otra la de la crisis de 2001; estas cuestiones no son gratuitas, ni para las personas ni para el colectivo sociedad".

"Los jóvenes tienen urgencias personales actuales; uno no puede cargar con la mochila de todo lo que fue. Incluso quienes son candidatos a presidente son hijos de la democracia en la práctica; agarraron la dictadura cuando eran chicos", dijo. Y acotó: "Pertenezco a muchas generaciones, pero no puedo echarles en cara a los jóvenes que no estén pendientes de eso; o que se hayan comido un relato que no es verdad".