En su declaración, Lázaro Báez ratificó hoy que vio al juez Sebastián Casanello en la residencia de Olivos a la espera de un encuentro con la ex presidenta Cristina Kirchner. También dio otro nombre propio: Eduardo "Wado" de Pedro, quien habría participado también de la reunión entre la entonces jefa del Estado y el magistrado que la debía investigar por las sospechas de lavado de dinero.
Esta versión fue la dio a LA NACION el abogado Santiago Viola, defensor de Leandro Báez, uno de los hijos del empresario santacruceño.
Horacio Cattani, Martín Irurzun y Eduardo Farah citaron a Báez días después de que se conociera la carta en la que denunció un encuentro entre Cristina Kirchner y el juez Sebastián Casanello. Fue Leandro Báez, hijo del empresario, quien recusó a Casanello para apartarlo del caso.
La Cámara Federal desconfía de la estrategia de Báez, ya que en una anterior declaración nada había dicho sobre ese encuentro entre Cristina Kirchner y Casanello. El empresario dijo que se cruzó con el magistrado en septiembre pasado en la quinta de Olivos.
Parte del manuscrito de Lázaro Báez sobre Cristina Kirchner y el juez Casanello. Foto: Archivo
Lo que diga Báez será evaluado por los jueces de la Cámara antes de decidir el futuro de Casanello, aunque sus dichos tienen poco peso. Son las palabras de un procesado, preso, que puede mentir para defenderse y a quien Casanello desmintió hasta el hartazgo. Leandro Báez basa sus denuncias contra el juez en evidencias como las usadas en operaciones de inteligencia: cruces de llamadas, activación de celdas en antenas de celulares y anónimos.
Sumó voltaje político al reafirmar que Leandro Báez tiene una carta de Cristina Kirchner, supuestamente manuscrita, en la que le indica a Lázaro Báez su estrategia de defensa. Supuestamente, la ex presidenta le dice que mencione al primo de Mauricio Macri, Angelo Calcaterra. Báez lo hizo en su indagatoria cuando dijo que se asociaron para la frustrada licitación para la construcción de las represas del río Santa Cruz.
El fuerte operativo policial que rodeó el traslado de Lázaro Báez del penal de Ezeiza a los tribunales de Comodoro Py impidió le apenas ser visible ante los medios. Con casco, chaleco antibalas y rodeado de un grupo de efectivos con escudos, el empresario kirchnerista llegó esta mañana a las 8 a los tribunales y se retiró cerca de las 11.