Obesidad infantil: causas, consecuencias y formas de prevenirla
En Argentina, uno de cada diez niños padece obesidad y tres de cada diez sobrepeso. A nivel mundial ambas patologías son las causantes de más de dos millones de muertes por año; sin embargo, se trata de afecciones evitables. Los consejos de los especialistas.
Mucho más que rollitos molestos. La obesidad y el sobrepeso son las responsables de millones de muertes a nivel mundial; la cifra supera incluso los decesos por insuficiencia ponderal que es exactamente lo contrario al sobrepeso, es decir, es el (excesivamente) “bajopeso”.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), como mínimo 2,6 millones de personas mueren cada año por su causa. Pero tal vez más alarmante resulta la cantidad de niños que la padecen. En el mundo hay más de 42 millones de menores de cinco años con sobrepeso. En Argentina, uno de cada diez niños padece obesidad; tres de cada diez, sobrepeso. Para la médica pediatra Graciela Zago y la nutricionista Silvana Nassivera, la problemática excede la simple matemática ente calorías ingeridas y gastadas.
Ambas se desempeñan en el Hospital Alberdi y son las impulsoras de “Pasito a paso, platito a plato”, una iniciativa que desembarcó este año en cuatro jardines de la zona norte y que esperan poder replicar por toda la ciudad. El objetivo del proyecto es educar sobre los beneficios de una alimentación saludable desde temprana edad.
A propósito del Día Mundial Contra la Obesidad el martes pasado, ambas dialogaron con Rosario3.com, compartieron su experiencia y explicaron cómo prevenir lo que hoy aparece como una epidemia mundial.
Qué, cómo, cuándo, dónde y por qué
Las clásicas reglas del periodismo se pueden aplicar también a la nutrición. Esto destacó Nassivera.
Entonces… ¿Qué comer? Alimentos sanos y naturales, preparados en casa, con poca sal o azúcar. ¿Cómo? Concentrándose en los sabores, sin las distracciones de la televisión o la computadora. ¿Dónde? Sentados a la mesa, aprovechando el momento para compartir en familia o con amigos. ¿Cuándo? Durante la hora (que nosotros nos fijemos) del desayuno, el almuerzo, la merienda y la cena; es decir, respetando las cuatro comidas. ¿Por qué? Porque se tiene hambre, no para descargar tristezas o enojos.
“No hay que pensar en una dieta, sino en estilos familiares de alimentación: comer bien y mejor”, advirtió la nutricionista y subrayó en tal sentido el compromiso que deben asumir los padres no sólo en lo que respecta a la cocina de los alimentos sino a propiciar que la mesa sea un ambiente calmo y un espacio de encuentro.
Conminó a eliminar, asimismo, la poco saludable tendencia a utilizar la comida como un premio o un castigo; como una forma de coacción o de conexión padre-hijo.
“Si no te portás bien, no hay postre”. “¿Estás mal? ¿Querés que vayamos a tomar un helado?”. “¡Mirá lo que te traje! ¡Un chocolate por las buenas notas!”. Alguna vez lo habremos dicho u oído, pero ninguna de estas frases aplican para Nassivera como disciplina o amor. “Fomentan adicciones o llevan a pensar que tengo que comer para compensar una falta emocional”, apuntó.
Si bien es difícil encontrar momentos de unión por las distintas actividades y horarios que suele tener cada miembro de la familia, para la nutricionista es vital hacer lo posible para generarlos, aunque sea sólo una vez al día. Llamó la atención además que no es lo mismo “cocinar” que “preparar” la comida.
“Pedir un pollo a la rotisería y cocinarlo, son dos cosas distintas”, señaló e indicó que la “previa” a la mesa es también un espacio de encuentro y una manera de relacionarnos desde un lugar más sano con la comida.
Aclaró, no obstante, que tampoco se trata de caer en la prohibición por la prohibición misma. “No es ni malo ni terrible comer un alfajor o tomar una gaseosa, pero no son las opciones más saludables, mejor dejarlas para el `de vez en cuando´. Todos los alimentos son ricos pero algunos más nutritivos que otros”, advirtió.
En tal sentido, para no caer en la tentación, recomendó tener siempre a mano alternativas sanas. “Frutas, verduras, lácteos, quesos blandos, compotas, helados caseros que combinen frutas con yogur, cereales y galletitas simples; es decir aquellas que no sean rellenas. Pueden ser de avena o semillas, por ejemplo”, detalló.
Para la nutricionista una fruta o un yogur es la mejor colación, y la comida más importante del día, el desayuno, una costumbre perdida que instó a recuperar.
“Desayunar como rey, esa es la máxima”, señaló y sugirió cortar el ayuno de la noche con lácteos y frutas. Una infusión con leche con una rebanada de pan fresco y queso untable, un combo sano, fácil y rápido.
Pasito a paso, platito a plato
Por su parte, Zago llamó la atención sobre lo chocante que resulta la obesidad: de fácil prevención y tratamiento tiene, sin embargo, una tasa de mortalidad llamativamente alta. Aún sin llegar al caso extremo de la muerte, puede generar de todos modos serias enfermedades como diabetes, hipertensión, disglipidemia o insuficiencia renal.
En cuanto a los niños, la médica pediatra sostuvo que es alarmante el número de menores que tienen sobrepeso u obesidad. “En Argentina, uno de cada diez niños padece obesidad; tres de cada diez, sobrepeso”, ponderó y explicó que la diferencia entre uno y otra es el Índice de Masa Corporal (IMC), que saca el “peso ideal” de una persona al dividir su peso en kilogramos por el cuadrado de la talla en metros (kg/m2). El sobrepeso se relaciona, de acuerdo a los parámetros de la OMS, con un IMC igual o superior a 25, y la obesidad con un IMC igual o superior a 30.
Precisamente por ello, explicó, surgió la idea de realizar los talles infantiles. “Nos convocan nuestros hijos y es sumamente importante que los grandes acompañen en esta lucha que estamos librando los pediatras para combatir éstos problemas, que son evitables".
Durante el cierre del programa en el Centro Cultural Cine Lumiere la semana pasada, Zago subrayó que la finalidad del proyecto es que no terminen con el dictado de los talleres, sino que los protagonistas de replicarlo sean los propios adultos. Confesó además, una ambición personal compartida con Nassivera: que los talleres se extiendan al resto de los jardines de la ciudad.