Cavallo se esperanzó con que Capitanich solucione la inflación
"Ojalá la ideología anti-mercado y estatista no les cierre los ojos a los miembros del gabinete", se esperanzó Domingo Cavallo en una columna publicada en su blog, titulada "¿Porqué tenemos alta inflación y brecha cambiaria?".
"La inflación tiene su origen en la devaluación de la moneda y ésta no puede ser manejada por el gobierno a través de controles de cambio sino que es el resultado de la expansión monetaria", explicó.
Entre sus recomendaciones, el ex ministro de Economía de los presidentes Carlos Menem y de Fernando De la Rúa llamó a "eliminar los subsidios aumentando cuanto antes las tarifas de los servicios públicos", "bajar los impuestos distorsivos que hacen perder competitividad" y "pensar seriamente en formas transparentes de bajar el gasto público como porcentaje del producto bruto interno, no a través del engaño de la devaluación".
En ese punto, Cavallo admitió: "Me da la impresión que él (el jefe de Gabinete Jorge Capitanich) rumbea en esta dirección".
No obstante, matizó: "Lástima que al mismo tiempo no se animan a dejar que funcione, además del mercado oficial sujeto a controles de cambios un mercado cambiario verdaderamente libre para todo el resto de las operaciones".
Duro con Massa
Cavallo no escatimó críticas al equipo económico del Frente Renovador: Roberto Lavagna, José Ignacio de Mendiguren, Martín Redrado y José Peirano.
"Si uno le presta atención a las declaraciones de los asesores económicos de Massa, el problema es que a partir de algún momento el Gobierno abandonó el -modelo productivo- original de -tipo de cambio real alto- con superávits gemelos (fiscal y comercial) para avanzar hacia una política anti-inflacionaria basada en el atraso cambiario (a la que comparan con la convertibilidad de los 90s)", señaló.
"Cualquier economista profesional que acepte esta explicación –continuó– tiene que concluir que el remedio debería ser entonces volver a la política de tipo de cambio real alto y a la generación, nuevamente, de fuertes superávits fiscal y comercial".
Según Cavallo, eso se lograría, por ejemplo, "eliminando los controles de cambio y dejando flotar libremente el peso o decretando un fuerte salto devaluatorio en el mercado oficial, si deciden mantener los controles de cambio".
"Es decir, con un fuerte ajuste que, si consiguieran convencer a los gremios que lo admitieran sin pedir aumentos salariales, provocaría una fuerte recesión con inflación, no muy diferente a la actual. Y si, por el contrario, los gremios trataran de resistir el ajuste, demandando aumentos de salarios del mismo orden de magnitud que la devaluación, la consecuencia sería una estanflación violenta", alertó.
Cavallo amplió sus cuestionamientos contra los massistas y remarcó que ese escenario "sin una política monetaria fuertemente restrictiva, terminaría en hiper-inflación".
"Esto es lo que saben, pero no dicen, porque no les conviene políticamente decirlo, los economistas que fueron ideólogos o ejecutores de la política de tipo de cambio real alto, entre 2002 y 2010", insistió.