Lanús tuvo dos caras. En la primera parte ante Gimnasia no hizo casi nada para merecer los tres puntos. Pero en el complemento, generó varias chances claras para llegar a la cima del torneo Inicial. Sin embargo, falló en la definición y se encontró con un enorme Monetti. El 0-0 en su casa no le sirve, y ahora pondrá la cabeza en la Copa Sudamericana.

El conjunto granate puso mucha gente en ataque desde el inicio e intentó llegar por abajo, aunque le costó superar las líneas de un Lobo bien parado y firme en la marca. Por eso casi no complicó a Monetti, más allá de llegar dentro del área con pelota dominada en un par de ocasiones. Pero con el correr de los minutos, esa presión se transformó en desorden.

El Grana centralizó demasiado el juego y buscó poco por los costados, situación que le cayó muy bien a la visita, que cada vez que cortó trató de complicar con la velocidad de su contra. A partir del buen manejo de Mussis, estuvo cerca de complicar a Marchesín, quien respondió sin fisuras las pocas veces que lo llamaron a participar del juego.

La más clara de la etapa inicial recién cayó a los 46 minutos. Un centro pasado encontró la cabeza de un Barrientos que llegó por sorpresa y Monetti la descolgó con algo de esfuerzo. Muy poco. En tanto, Gimnasia tuvo espacios de contra ante un rival que por momentos quedó partido y no encontró la precisión necesaria para quedar mano a mano.

Ya a los 3 minutos, Lanús podría haber sacada la diferencia necesaria: Silva tiró un centro bajo y Blanco, sin arquero la tiró increíblemente afuera. Fue la primera llegada de unos 20 minutos en los que parecía que el Grana se llevaba todo por delante. Siguió con un centro de Acosta que derivó en un disparo de Somoza que controló Monetti con esfuerzo.

Pero a los 13 llegó otra más clara e increíble: Goltz se la bajó a Ortiz en el área chica, quien fusiló al arquero del Lobo de volea; el Mono se lanzó con toda su humanidad y la pelota, con mucho efecto, cruzó casi todo el arco para perderse por el fondo. No fue la última de Lanús, pese a que sintió el cansancio de la doble competencia. Sobre el cierre, Monetti le tapó un cabezazo a Goltz.

Claro que Gimnasia, en la contra y con enormes espacios, también tuvo las suyas: Mussis llegó hasta el fondo y Pereyra le dio a un palo. Y sobre el cierre, Juan Pablo Rodríguez eligió su disparo en lugar de un pase atrás. Fue bueno en el segundo tiempo. Los dos se llevaron un premio merecido, pese a que Lanús hizo un poquito más.