Cómo prevenir y tratar la gastroenteritis infantil
El calor influye directamente en la proliferación de la diarrea. Por eso es durante el verano cuando se produce la mayor cantidad de casos en niños menores de cuatro años y el momento de tomar mayores normas de higiene y cuidados, para prevenirla y tratarla a tiempo.
La diarrea –definida como el aumento de la frecuencia, fluidez y volumen de las deposiciones– puede ser causada por virus, bacterias o parásitos. Cuando hace más calor, como los alimentos se descomponen rápidamente (y al igual que el agua, las bacterias los colonizan con mayor facilidad), hay más posibilidades de que estén contaminados. Si a esto le sumamos que los chicos se llevan un montón de cosas a la boca o comparten sus juguetes y chupetes con otros, el riesgo de contagio es mayor.
CONTROL DE SINTOMAS
Cuando un niño tiene diarrea, el primer paso es controlar principalmente su estado de hidratación. Para saber si es óptimo, hay que prestar atención a cuatro señales: ver si está de buen ánimo, que tenga la lengua húmeda, que posea lágrimas cuando llora y que orine normalmente. Si alguna de estas cosas no sucede, se debe inmediatamente hacer la consulta con el pediatra o concurrir a una guardia, para evitar una posible deshidratación.También hay que controlar que la materia fecal no contenga "hilitos" de sangre, ya que esto habla de la posibilidad de que la bacteria que la está causando posteriormente pueda generar Síndrome Urémico Hemolítico. En la inmensa mayoría de los casos, las diarreas estivales son autolimitadas, es decir, que sin ningún tratamiento farmacológico se curan solas (pudiendo durar entre cinco y siete días). Algunos factores pueden agravar el cuadro y tornarlo potencialmente fatal, especialmente en niños desnutridos, o en aquellos que tienen alguna enfermedad que afecte gravemente sus defensas, o los que viven en zonas con condiciones higiénicas deficientes o sin agua potable.
LA IMPORTANCIA DE LA PREVENCION
Para prevenir este tipo de enfermedades es importante contar con agua potable. Caso contrario, se pueden agregar dos gotas de lavandina por cada litro de agua que se consuma (o hervirla durante 10 minutos). También es imprescindible cumplir con las normas básicas de aseo y la mejor forma de hacerlo es a través del ejemplo: el lavado de manos luego de ir al baño y antes de ingerir alimentos reduce notablemente la incidencia de diarreas y otras enfermedades infectocontagiosas. ¿Un dato más? No bañar a los niños en aguas contaminadas y siempre asegurarse de la adecuada cloración de las piscinas. Con respecto a los alimentos, la lactancia materna es la mejor protección contra las diarreas y continúa siendo el alimento más seguro para todos los bebés. Las frutas y las verduras deben lavarse muy bien y los alimentos que requieren cocción no se deben ingerir crudos, especialmente los huevos y la carne. Además, hay que asegurar al máximo el mantenimiento de la cadena de frío, sobre todo de los lácteos y sólo consumir los que vienen pasteurizados.
Para tener en cuenta Si fallaron las medidas de prevención y nuestro hijo tiene diarrea, es importante:
No automedicarlo. Están contraindicados los remedios para calmar el dolor de estómago o para cortar la diarrea, así como los antibióticos sin indicación médica, ya que pueden llegar a agravar el cuadro.
Los niños que toman el pecho deben seguir haciéndolo y, en lo posible, con mayor frecuencia.
Se debe ingerir agua en mayor cantidad, o sales de rehidratación oral según la indicación del profesional.
Las bebidas que usan los deportistas no sirven para rehidratación en casos de diarrea y pueden aumentar la frecuencia y el volumen de las deposiciones. Las gaseosas no son medicamentos y no están indicadas en la diarrea.
No es recomendable administrar jugos.
Las infusiones como el té o el mate son diuréticas y pueden acelerar la deshidratación.
Nuestro hijo debe seguir comiendo como lo hace habitualmente, no se requieren dietas especiales, ni cambiar el tipo de leche que consume.
Recordar que cuanto mejor nutrido esté, más rápido se repondrá del cuadro diarreico.
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