Dilma se despega de la crisis argentina: \\"No va a tener consecuencias en Brasil\\"
Poco después de una disertación en la que se lució ante una platea entregada, que la ovacionó al final de la ronda de preguntas posterior, la presidente de Brasil Dilma Rousseff respondió también a las inquietudes de los integrantes del IMC (International Media Council), y se refirió a la crisis de la economía argentina.
Allí tomó distancia y consideró que la devaluación del peso "no va a tener consecuencias significativas para Brasil", uno de los socios principales de Argentina e integrante también del Mercosur, pero también reconoció estar "atenta, muy atenta", al derrotero económico del Gobierno de Buenos Aires.
Según refleja Folha do Sao Paulo, "Dilma tuvo un inmenso cuidado en no decir nada que la mostrase excesivamente preocupada" por los que definió como una "crisis que afecta a Argentina", separando a su país de los simbronazos que ocasiona en la región la brusca depreciación del peso en relación al valor del dólar norteamericano.
También se hizo tiempo para augurar que vendrán meses mejores, ya que su opinión es que la zafra de granos permitirá "aumentar el grado de libertad de gestión de la economía argentina". Es decir que en su visión, al entrar dólares frescos al mercado por las exportaciones habrá menos presión cambiaria.
Sin embargo, Folha revela que el Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio no tiene una visión tan optimista como la de la "cautelosa" Rousseff. El organismo teme que la devaluación del peso en Argentina encarezca los productos que Brasil exporta a ese país.
Incluso Dilma dejó en claro que está habiendo un reacomodamiento del comercio con Argentina, con "una reducción del flujo comercial", lo que tiende a acentuar una distancia que podría entonces restar ingresos a los exportadores de su país.