El municipio incorporó 42,5 hectáreas al Banco de Tierras
En 2011 contaba sólo con 3,5 hectáreas. Se logró a través de la generación de nuevo suelo urbano, expropiaciones, donación y convenios con propietarios privados. La mayoría es para destinar a viviendas y está diseminada en distintos barrios.
De la mano de una fuerte política de captación de suelo urbano, la Municipalidad de Santa Fe logró incorporar en los últimos tres años 42,5 hectáreas a su Banco de Tierras de la ciudad. La finalidad es, fundamentalmente, generar lotes aptos con llegada de servicios para propiciar la construcción de nuevas viviendas, una de las principales demandas que hoy tiene la ciudad.
La última adquisición son las 20 hectáreas que el Colegio Inmaculada tenía en Loyola Sur y cedió esta semana, a cambio de una condonación de deuda de TGI.
El dato no es menor si se tiene en cuenta que en 2011 el municipio sólo tenía 3,5 hectáreas de suelo. Eran apenas unas 3 manzanas y media distribuidas en los barrios Villa Teresa, Yapeyú, San Agustín, Scarafía y Varadero Sarsotti.
A través de la aplicación de diferentes mecanismos, logró sumar otras 42 manzanas y media, con la posibilidad de ir incorporando más cada vez que tome forma un nuevo loteo privado. Esto es porque el Reglamento de Ordenamiento Urbano establece que cada nueva urbanización que se realice deberá destinar el 5% del total del predio al Banco de Tierras. Hoy, en manos de privados, hay 795 hectáreas.
Caso por caso
En Villa Oculta y en Barranquitas, el proyecto de Calle de cierre de trama permite generar 6,5 hectáreas de suelo urbano: 3,5 al norte de la autopista -ya en plena ejecución- y las otras 3 hacia el sur, para las que pronto se llamará a licitación. Estos trabajos posibilitan limitar la expansión de la trama urbana, recuperar un frente hacia el reservorio y construir viviendas para reubicar familias que hoy están asentadas en ranchos en zonas con riesgo hídrico. Para llevarlo adelante se firmó un convenio entre el municipio, que aporta la tierra de su propiedad; el gobierno provincial que invierte los recursos económicos; y el Movimiento Los Sin Techo que aporta la mano de obra. El otro caso que está en pleno avance es el de las 13 hectáreas que se expropiaron en Nueva Esperanza Este, en el noreste de la ciudad, donde el municipio construyó viviendas y ya reubicó a algunas familias que estaban en la zona de Bajo Judiciales y Bajo Gada. Pero además, es allí donde se impulsa el Proyecto Mi Tierra, Mi Casa, y junto al gobierno provincial se están llevando los servicios necesarios, urbanizando el sector y sorteando los primeros terrenos.
Además, el municipio consiguió mediante la firma de convenios con propietarios privados 2 hectáreas en Peñaloza y Chaco (ex terrenos Asoem); 1 hectárea en San Pantaleón (ex terrenos Sociedad Israelita); y 20 hectáreas en Loyola Sur -Camino Viejo a Esperanza y Gorriti- (Colegio Inmaculada). De estas últimas 20, hay que aclarar que no todo el predio se destinará a nuevas viviendas: algunas áreas se usarán para reservorios y espacios públicos.
Política de Estado
La subsecretaria de Hábitat y Vivienda de la Municipalidad, Sara Lauría, explicó que el sentido de crear un Banco de Tierra es poder identificar la tierra urbana o urbanizable disponible que hay en la ciudad, para poder planificar adecuadamente su crecimiento, llevando los servicios básicos, la infraestructura social necesaria -como escuelas, jardines maternales y centros de salud-, y las líneas de transporte y comunicación. “El recurso tierra no es renovable y es escaso en la mayoría de las ciudades, por lo cual tener un banco de tierra significa contar con un recurso patrimonial estratégico al momento de pensar y diseñar políticas de desarrollo”, aseguró la funcionaria. De este modo, se puede ir generando suelo urbanizado “para poner terrenos con servicios a disposición de quienes hoy están dispuestos a adquirir un terreno y construir su vivienda y no encuentran opciones”.
Contar con la tierra es el punto de arranque para pensar en la vivienda. “Urbanizar y llevar obras de infraestructuras es uno de los lineamientos centrales para dar respuestas a la demanda de viviendas”, cerró la secretaria de Hábitat de la Municipalidad de Santa Fe.
15 mil familias necesitaban regularizar su situación dominial en 2007, de las cuales 10 mil estaban en terrenos municipales. En la actualidad, 2.500 ya cuentan con escritura traslativa de dominio, 4.500 firmaron boleto (paso previo a la escrituración) y se están realizando los planos de mensura de 1.500 viviendas para su escrituración.