El “cambalache” de nuestra pasión más popular
Que el fútbol argentino es “un despliegue de maldá insolente, ya no hay quien lo niegue”. Los clubes han ingresando en una “peligrosa zona roja”, con abundancia de ceros y escasez de billetes, ofrecen "las joyas de la abuela" al mejor postor y sin mayores condicionamientos, todo vale para palear un pasivo que es cada vez mayor y deja a las entidades en situación de riesgo.
Con asombro y mucha liviandad escuchamos hablar de “rescate económico” del propio Estado, incrementando el extraordinario monto acordado en su momento. AFA y sus circunstanciales voceros de turno proclamaron que “Fútbol Para Todos” era la gran salvación. Del mismo modo dijeron al unísono que se controlaría cada centavo que ingresara a los clubes. Recalcaron que los miles de millones, que mejoró ostensiblemente el convenio anterior, era la gran solución del deporte más popular del país, evitando que las entidades se endeuden, quiebren, y además de este modo, se impedía la fuga desmedida de jóvenes promesas, para mantener y “mejorar” los espectáculos. ¿Qué pasó? Más de lo mismo. “Seguimos revolcaos en un merengue y en un mismo lodo todos manoseaos...”
¿No habría desafiliación y descensos para aquellos clubes que despilfarran el dinero, como contempla el reglamento? Se dijo que el propio Estado sería el encargado de controlar a los dirigentes de las entidades afiliadas a la AFA. Por qué no lo hizo? Por qué no lo hace? EN NADA supone esta idea volver a tener los goles de rehén, aunque entiendo que la “liberación” o “el rescate”, no debiera ser a cualquier precio; con relación a esto podríamos hablar largo y tendido. Ahora, el tema es otro. Aquel acuerdo entre las partes benefició a todos, incluso a los que no cumplen lo pactado. Que quede claro!
Un ejemplo contundente de lo antes expresado: en el 2009 la deuda de los clubes alcanzaba los 1.000 millones de pesos. Ahora supera los 2.500, apenas un par de años después. Alrededor de un 150% más. Un tercio de esa cifra aumentó el último año, como se dio a conocer hace pocas horas en medios metropolitanos.
Vélez, club ejemplar si los hay, tiene hoy un déficit mensual de alrededor de 3 millones de pesos y un pasivo que llega a los 150 millones, imagínense el resto. Independiente está en ruinas con deudas que superan los 450 millones, jugando en la B Nacional, con todo lo que esto significa para un “grande”. River y Boca no tienen nada para envidiarle al Rojo. 176 millones de pesos es el pasivo del Xeneize de acuerdo al balance 2012/2013.
¿Querés más? Los “Millonarios” contaron hace unos días que la deuda es de alrededor de 450 millones de pesos, y un déficit operativo de 12 millones de pesos por mes. El club estuvo cerca de declararse en “concurso de acreedores” el año pasado. La nueva comisión directiva asumió en diciembre con una deuda urgente: “Teníamos 320 millones en cheques a pagar en 90 días, es decir, el dinero que percibiremos en los próximos 6 años del Fútbol para Todos (FPT)”, explica el contador Andrés Ballota, tesorero de River, al diario Clarín.
Mientras tanto, en la casona de calle Viamonte de Capital Federal, “no hay aplazaos, ni escalafón”.
Uno no sabe ni cómo ni dónde va a terminar todo esto, pero lo asombroso y hasta lo espantoso, es el grado de impunidad con la que se maneja la dirigencia. Para muestra basta recordar como quedó Colón con la gestión anterior, tan identificada con “Don Julio”. Y que Unión vive con zozobra el día a día, respaldado en la billetera de su Presidente.
La famosa ley de premios y castigos, anunciada en 2009 nunca entró en vigencia. Recordemos que en 1999 se creó el Tribunal de Cuentas con el fin de controlar a los clubes. Jamás hubo una sanción por cuestiones económicas. Otra barbaridad! A Colón se le descontaron seis puntos por orden de FIFA, tras una denuncia del Atlante de México por la falta de pago de Juan Falcón.
“Dale no más, dale que va…” el pope del balonpié doméstico cumplió el pasado 6 de abril 35 años al frente de la AFA. Grondona sigue manejando los hilos a su antojo, con su perverso sistema de acumulación, reparto y dependencia del poder que ejerce. Su manejo es despótico, la sumisión de los clubes cada vez mayor… mientras, “todo pasa” como dice su anillo.
La poderosa AFA es el principal acreedor de los clubes cada vez más empobrecidos, y por eso tiene subordinados a la mayoría de los presidentes. Se asoció ya hace un tiempo con el Gobierno con el “FPT” y gambeteó, con estilo “maradoneano,” una posible intervención Federal como se rumoreaba en plena gestión de Néstor Kirchner. Nadie pudo complicarlo. Su poder excede las fronteras del deporte. Grondona parece estar blindado y bien custodiado. Tiene alcahuetes de sobra y el que no, puede sufrir graves consecuencias. “Pertenecer” tiene sus ventajas. Si no, que lo digan Aguilar, Comparada, Savino, Muñoz, Ale, López, Barrera, Babington, y sigue la lista de… ex dirigentes. Sale uno entra otro, siempre a sabiendas que con su “padrinazgo” te puede ir mejor.
“Algunos viven en la impostura y otros roban en su ambición” entonces, da lo mismo que “sea cura, colchonero, Rey de Bastos, un buen dirigente o polizón”. Lo más curioso es que no sólo AFA sigue siendo rica y los clubes cada vez más pobres, lo recalcitrante, es que hay gente (no sólo dirigentes) que mejoraron su “estatus” a partir de su ingreso al bastardeado negocio del fútbol, convirtiéndose en miserables mercaderes de la pelota. Para algunos de estos oportunistas existe ahora la dura “CONDENA SOCIAL”.
El fútbol se desangra dentro y fuera de la cancha pero “el show debe continuar”. Es necesario parar la pelota y cambiar. Cambiar la seguridad en los estadios. Terminar de una vez por todas con los barrabravas como factor de poder. Enterrar definitivamente el “síjulismo” por temor a represalias. Durante su gestión hubo 171 muertes en el fútbol argentino.
Hay que terminar con la desidia de cada fin de semana: barras gobernando las tribunas con la anuencia de los dirigentes, exceso de policías, espectáculos paupérrimos, arbitrajes deplorables. Hay que acabar con los “partidos de alto riesgo”, porque si hay riesgo no puede haber partidos. No se puede avanzar si no se controla el manejo de los clubes, las deudas, los déficits. Es necesaria una reestructuración de los campeonatos, calendarios y categorías.
De la “década infame” hasta la “década ganada”, también en el fútbol argentino los “Stavisky” (1) y “Don Chicho” (2) tiene cada vez más poder... El antológico tango de Enrique Santos Discépolo sigue más vigente que nunca. “Es lo mismo el que labura noche y día como un buey, que el que vive de los otros, que el que mata, que el que cura o está fuera de la ley”. Un auténtico “Cambalache” de nuestra pasión más popular, televisado en vivo y en directo para todo el país!
(1) Famoso estafador de origen ruso.
(2) Jefe de la mafia con asiento en Rosario.