Efecto uruguayo: comisión del Senado brasileño analiza proyecto para regularizar la marihuana

 Los consultores del Senado de Brasil Denis Murahovschi y Sebastián Moreira Junior presentaron, a pedido del senador del Partido de los Trabajadores (PT), Cristovam Buarque, un estudio detallado sobre la situación legal de la marihuana, la sustancia ilícita más usada en el mundo.

Unos 180 millones de personas, o 3,9% de la población de entre 15 y 64 años consume marihuana, según el Informe Mundial sobre Drogas 2013.

Los consultores concluyeron que el futuro de la marihuana en Brasil es su legalización controlada, con regulación de todo el proceso -de la producción y el comercio a la compra y el consumo de drogas--, que quedaría sujeto al control y fiscalización del Estado.

Sin embargo, advirtieron que es contradictorio descriminalizar las drogas sin que haya un mecanismo legal que permita el consumo, lo que terminaría con un mercado ilícito.

Buarque es el relator de la Sugerencia 8/2014, una propuesta presentado a través del Portal e-Ciudadanía por André de Oliveira Kiepper, que obtuvo el apoyo de más de 20.000 personas en nueve días. Al alcanzar ese nivel, la propuesta se envió a la Comisión de Derechos Humanos y Legislación Participativa (CDH), que eligió al senador del PT para evaluar la sugerencia, que deberá transformarse en un proyecto de ley.

La propuesta popular pide la regulación de la marihuana para usos medicinal, recreativo e industrial, con un tratamiento similar al que tienen el alcohol y el cigarrillo. Los signatarios quieren una ley que permita el cultivo casero, el registro de clubes de cultivadores, el licenciamiento de establecimientos de cultivo y venta de marihuana a nivel mayorista y minorista, y la regularización del uso medicinal.

Al llevar el estudio a consulta del Senado, Buarque pidió información sobre la posibilidad de que la marihuana sea la puerta de ingreso de otras drogas, una preocupación frecuente, y sobre el potencial de reducción de la violencia a partir de la legalización.

Murahovschi y Moreira Junior dijeron que los países con políticas más duras en relación al uso de drogas mantienen niveles más altos de consumo y problemas relacionados, en comparación con las naciones que sostienen políticas más liberales. Dijeron que existen evidencias de que liberalizar las penas aplicadas a las personas que consumen marihuana no genera necesariamente un aumento sostenido del consumo.