A 36 años, Luque recordó la final del mundial 1978
Los días de junio y julio suelen conmemorarse fechas \\'patrias\\' para la Selección. Es que son los meses en los que se llevaron a cabo la mayor cantidad de Copas del Mundo. El 25 de junio es un motivo de festejo y celebración para la camiseta "albiceleste", porque es la fecha del primer campeonato del mundo, justamente en nuestro suelo y frente a Holanda. Pero también se originó un hecho que haría trizas las ilusiones de alzar nuestra tercer trofeo: el doping positivo de Diego Maradona en Estados Unidos 1994. Y de yapa, dos perlitas del Diez contra Bélgica, para encaminar al equipo de Bilardo a la final de México \\'86.
Esa tarde, en un Monumental repleto, la Selección se puso arriba desde el minuto 38 de la etapa inicial. Mario Alberto Kempes impuso su figura e inclinó la balanza. Pero cuando ya se acariciaba la Copa, Naninga -a falta de 8 minutos para el último pitazo- estampó el 1-1 en el score. Hubo que esperar hasta el final del primer tiempo extra para que el "Matador" otra vez apareciera en escena y sentenciara el pleito, antes de que Daniel Bertoni pusiera cifras definitivas: 3-1 y a dar la primera vuelta.
La goleada 4-0 ante Grecia ya se había concretado y tocaba ganarles a los nigerianos para avanzar a la siguiente fase. Siasia llevó preocupación al equipo de Basile con su gol tempranero pero todavía en la primera parte, Claudio Caniggia desplegaría todo su repertorio para torcer el tanteador del lado argentino.
A Diego se lo vio rozagante después de su brillante actuación y se fue sonriente, de la mano de una enfermera que lo esperaba para acompañarlo a realizar el control antidopaje. No sabía lo que le esperaba. El estudio daría positivo en efedrina y lo suspenderían, marginándolo de la Copa. "Me cortaron las piernas", confesó más tarde.
Alemania esperaba por un contrincante y la Selección se sacó de encima el partido con los belgas gracias a un esplendoroso Diego Armando Maradona, quien liquidó el pleito con dos apariciones. Primero la acarició luego de una habilitación de Burruchaga y más tarde capitalizó una jugada personal a pura potencia. Dos tantos que pasaron desapercibidos por su anterior conquista ante los ingleses.