"Brasil, decime qué se siente", por Gustavo Mazzi

 Entre Alemania y Brasil hubo un océano de distancia. Los germanos jugaron el mejor partido de sus vidas, reduciendo a su rival a la mínima expresión. Ese atributo posee un valor inestimable y no tiene precio. Además, fruto de la íntima convicción de su superioridad, Alemania sobró al rival como suelen hacerlo ellos, pero no le perdonó una y lo terminó humillando en su casa. Los visitantes fueron un equipo agresivo que presionó a los brasileños en la salida. Ahogó hasta el desquicio a todo el “scratch” y jugó con envidiable concentración y disciplina táctica todo el partido. Fue un conjunto veloz y voraz. Rápido y contundente. Lo masacró con un descomunal protagonismo. Luego del segundo gol quedó un solo equipo en la cancha. Con el resultado sentenciado a la media hora de juego, pocas cosas quedaban por resolverse. Para mi gusto era solamente saber cuál sería el resultado final.

Los europeos son finalistas por la enorme gama de recursos de sus delanteros Muller, Klose y Kroos. Por la jerarquía de Ozil. La personalidad de Khedira. Los tentáculos para cortar juego del pulpo Bastian Schweinsteiger. El aporte de su arquero Neuer. Todos y cada uno tuvieron su momento para transformar estos 90 minutos en los mejores de su rica historia. Sin dejar de lado el detalle que se trató de una semifinal frente a Brasil, que además era local. El sentido corporativo del equipo logró que casi todos rindieran con la camiseta de la selección por encima de lo que en muchos casos son capaces de hacer en sus clubes. La pertenencia y el orgullo de un plantel hizo sobrados méritos para llegar al partido decisivo del Mundial 2014, a jugarse el próximo domingo en el mítico Maracaná, sin la presencia de los altivos locales. En este nuevo proceso, esta “nueva armada alemana” fue semifinalista en los últimos dos Mundiales, finalista en la Eurocopa 2008 y semis en la Euro 2012. Por ello, lo de Brasil 2014 no es casualidad

El elenco teutón ya pagó con creces la presencia en esta finalísima, donde seguramente llegará como gran candidato, después de semejante demostración. Alemania sigue siendo potencia mundial y su prestigio goza de buena salud. Mientras tanto, los brasileños deberán dar explicaciones de todo tipo. Y ahora no sólo por el desastre ocurrido dentro del Mineirao. Seguramente tamaña derrota llegará a golpear las puertas de un gobierno que se colgó el Mundial como medalla, y que necesitaba de la gloria dorada para aplacar las protestas por el opulento banquete futbolero. Tan obsceno y derrochador en dólares, como goles le propinó el conjunto visitante esta tarde.

La orquesta sinfónica “verdeamarela” ha devenido hoy en una banda de forajidos. Otro duro golpe comparable con la derrota en la final del 50 frente a Uruguay. Brasil se prendió en la esgrima mediática bien temprano, cuando su equipo ganaba y se postulaba anticipadamente al título, pero hoy se inmoló. A esta hora le caen las granadas arrojadas sin piedad por sus propios “torcedores”, que se terminaron burlando de sus futbolistas que bailaron al ritmo del lapidario “oooole”, que bajaba con crueldad de la enajenada afición local. Los signos de tristeza son evidentes en un país que respira fútbol y hace cuatro años se siente jugando y ganando una final ante Argentina. El 7-1 fue un cachetazo de esos que dejan huella. El contraste fue tan sorpresivo como impactante.. Dos equipos lucharon por lo mismo, pero Alemania prevaleció y aplastó a los anfitriones.

El deporte profesional no siempre es lógico. Se puede ganar a pesar de los errores y se puede perder aun lleno de aciertos cuando el rival es mejor. Ganar no depende de uno mismo. Del otro lado hay alguien que pelea por lo mismo. En realidad, uno solamente puede elegir cómo perder. Hoy Brasil lo hizo lleno de miserias, sin grandeza. No lloren ni canten la marcha fúnebre. Con partidazos como el de esta tarde, el fútbol está más vivo que nunca, aunque esta vez los reyes de la soberbia, la jactancia del pentacampeón, haya quedado de rodillas pidiendo clemencia. "Brasil, decime qué se siente…"