Puente Arroyo Leyes: corte de media calzada en la ruta 1
Lugareños inundados bloquearon la vía en reclamo de soluciones: piden chapas y asistencia médica por picaduras de alimañas y para niños enfermos por la humedad. También denuncian filtraciones en las defensas.Dos fiscales mediaban para destrabar el conflicto.
Un grupo de lugareños que viven en inmediaciones del Puente Arroyo Leyes, en jurisdicción de Santa Rosa de Calchines, cortaban esta mañana la Ruta Nº 1 en reclamo a la comuna de “soluciones urgentes” a la situación de emergencia que padecen por la crecida del río Paraná. Denunciaron que, del lado norte del puente, hay filtraciones en las defensas y el agua pasa. Que hay muchas familias con el agua en sus casas. Reclamaron a la comuna la entrega de chapas y asistencia para las personas que fueron picadas por alimañas y para niños enfermos por la humedad.
El corte de la calzada era total esta mañana, alrededor de las 10, pero se dejaban pasar vehículos cada 20 minutos. Ayer también hubo un corte hasta la hora 23. El bloqueo de la transitada vía de comunicación generó una situación de tensión, entre los efectivos policiales y la impaciencia de los que esperaban cruzar el piquete, afectados en su derecho de libre circulación.
El fiscal regional Ricardo Fessia y la Dra. Rosana Marcolin (fiscal adjunta), del Ministerio Público de la Acusación, llegaron hasta el lugar a las 10.30, para establecer un canal de comunicación con los manifestantes (en su mayoría pescadores del lugar) y destrabar la modalidad de protesta. Para “sostener la legalidad de la medida” -explicaron-, instaron a los manifestantes a dejar habilitada media calzada, para garantizar la circulación vehicular. Y se comprometieron a hablar “a la brevedad” y mediar con las autoridades comunales de Santa Rosa de Calchines para lograr una respuesta inmediata a las demandas.
Los pescadores no estuvieron de acuerdo en primera instancia con abrir media calzada, y se mantenían firmes en la decisión del corte total, pero habilitando pasos intermitentes cada 20 minutos. Al cierre de la edición, no se había levantado el corte y el conflicto seguía.
“Hay muchas casas y ranchos (en el lado norte del puente) que ya tienen el agua adentro.
Tenemos chicos enfermos por la humedad. Con la crecida, salieron las arañas y víboras y mucha gente fue picada. La comuna (de Santa Rosa de Calchines) no nos dio ninguna solución: necesitamos chapas urgente para armar casillas. Nosotros las armamos, pero que nos den los elementos”, reclamaron, a El Litoral, Víctor Ávalos y Ceferino Benítez, dos de los pescadores que estaban cortando la ruta.
Panorama preocupante
El punto crítico era el corte. Pero a ambos lados del puente, donde hay populosos asentamientos de familias (que subsisten principalmente de la pesca), el agua se asomaba amenazante hasta pocos metros de las viviendas.
Dos lugareños estaban construyendo casi sobre la banquina de la ruta dos casillas con ladrillos: “No nos queda otra. El agua ya nos entró en el rancho. Tiramos el cemento y vamos pegando los ladrillos, no hay tiempo que perder”, relataron Rubén y Jesús Ruiz Díaz, que viven al costado norte del puente, donde residen entre 70 y 100 familias.
En la parte sur, la situación era menos caótica pero también preocupante. El agua estaba contenida por una defensa de bolsas de arena, aunque se veía muy próxima ya a las viviendas. Allí hay unas 35 ó 40 familias residentes, estimó una vecina consultada por este diario.
Miriam Azogaray tiene tres hijos adolescentes y vive en el lado sur del puente. “Hay preocupación por la crecida; pero uno se acostumbra psicológicamente y estamos más preparados. Nosotros a esto lo pasamos un montón de veces. Lamentablemente, hay que resistir. Si el agua sigue subiendo, nos quieren relocalizar en un predio cercano a Los Zapallos. Pero de acá no nos queremos ir, porque tenemos nuestras pertenencias. Aguantaremos hasta donde dé. Esperaremos a ver qué ocurre”, dijo.
Por la Ruta Nº 1, desde Santa Fe hasta el puente Arroyo Leyes, la panorámica es preocupante. Se ven enormes espejos de agua en los bañados, animales atados y ranchos improvisados que se van levantando muy cerca de las banquinas. En Rincón, se habilitó un centro de evacuados donde se alojan dos familias. Pero se estima que llegarán muchas más.