Bioceres busca escala global para sus proyectos
La firma tiene un crédito del Fonter. Para llevar adelante la iniciativa se plantó cártamo en Rosario. En el primer semestre del año próximo se obtendrá la certificación internacional del producto.
En el primer semestre del año próximo Bioceres revolucionará la industria mundial del queso ya que abastecerá al mercado interno y exportará una enzima con la que se podrán elaborar productos de mejor calidad y más económicos. Este desarrollo fue ejecutado con financiamiento propio y ahora gracias al Fondo de Financiamiento para Empresas de Base Tecnológica Rosario (Fonter), que lanzó la Secretaría de Producción de la Municipaliad de Rosario, a la empresa se le abre la oportunidad de escalar proyectos como este a un nivel de alcance internacional.
Para poder llevar adelante el negocio, Bioceres plantó cártamo cerca del Indear y armó una planta pilito con la que estudió la composición de este cultivo a través de una disciplina que se conoce como Molecular Farming. Los científicos de esta empresa descubrieron que un 20% del cártamo son proteínas de las que se puede extraer una enzima llamada quimosina. Esta puede ser utilizada para la coagulación de la leche, por lo que tiene una gran aplicación en la industria quesera.
Tradicionalmente esta enzima se extraía del estómago de terneros, hasta que comenzó a ser producida mediante una bacteria. Ahora lo que plantean desde esta compañía es hacerlo a través de un cultivo, lo que disminuye notablemente la exposición de la enzima a patógenos humanos y animales, ahorra energía, utiliza materia prima renovable y requiere tanto de una baja inversión inicial menor como de un bajo costo de producción. “Estaríamos en condiciones de elaborar un producto de gran calidad y a un precio sustancialmente más barato que el actual”, indicó Mariano Malisani, Ejecutivo de Desarrollo de Negocios de Bioceres.
A nivel mundial se producen 20 M de toneladas de queso, la mitad en Estados Unidos, Francia y Alemania. Argentina elabora 650 mil toneladas. De acuerdo a los cálculos realizados, se requieren aproximadamente 30 mil kilos de demanda mundial de quimosina, lo que representa unos u$s 24 M. La oportunidad del negocio de la empresa rosarina radica en que la obtención de esta enzima a través de bacterias, como se hace actualmente, supone un valor de venta de unos u$s 8 a u$s 10 el gramo, mientras que a través del cártamo el precio se reduciría a casi a la mitad.
“Todo el proceso ya está probado y una vez concretado la etapa de financiamiento ampliaremos por diez la producción de la planta piloto”, dijo Malisani a punto biz y agregó: “Estimamos que durante el primer semestre de 2012 obtendremos la certificación internacional y así podremos, no sólo abastecer el mercado interno, sino también exportar”. La idea de Bioceres no es vender directamente a las industrias sino integrarse a la cadena productiva mediante un partner.
El proyecto de Bioceres fue el primero en abrirse a nuevos inversores a través del financiamiento mediante del Fonter. “Nos eligieron como modelo para presentar este fondo por presentar un proyecto disruptivo, ecológico, sustentable y muy innovador”, destacó Malisani.
Lo que hace Fonter tanto para Bioceres como para otras empresas, es actuar de herramienta de financiamiento para facilitar las inversiones por parte de terceros. Mediante Fonter (y los créditos fiscales de Profiet) podremos tener un acceso a inversores que potencien este caso de éxito que Bioceres tiene mediante INDEAR (su brazo de I+D), que es la planta piloto de quimosina. Además, la interacción público-privada de Bioceres se da mediante INDEAR, pero Bioceres como grupo inversor de proyectos biotecnológicos, está compuesto por más de 220 accionistas privados, principalmente del sector agropecuario.