En diálogo con LT10, Rubén Héctor Dunda, ex presidente de la Cámara de Diputados de Santa Fe que fue secuestrado y torturado durante la última dictadura, expresó que “el juicio es muy importante porque es la única forma de reconciliar a la Argentina. La justicia es clave para que podamos avanzar”.

Además, Rubén Héctor Dunda agregó que “en el año 1973, como presidente de la Cámara fui invitado a la primera reunión de diputados nacionales en Buenos Aires. Allí, Enrique Osella Muñoz, le plateó al bloque de la necesidad de sacar una ley que lo eximiera de la responsabilidad como infame traidor a la patria por haber sido diputado en 1955. Nosotros le dijimos que se deje de jorobar, que Perón nos pedía una mano, pero nada de esto evitó el 76\\'. Nada impidió que el escorpión te pique”.

Consultado sobre cómo recuerda el día del secuestro, el ex presidente de la Cámara de Diputados de Santa Fe contó que “yo fui secuestrado después que Noe Adán Campagnolo. Me encapucharon, me trasladaron en una camioneta y yo creo que me llevaron al destacamento de Santo Tomé. Allí simularon un fusilamiento. Al amanecer me tiraron en un cuarto. Yo agradezco el homenaje que me hizo la Legislatura. El jueves pasado estaba presente el hijo de Sorbellini que me daba de comer en la boca y me acercaba el agua”.

“Hay que resaltar la figura de Monseñor Zaspe. Si Zaspe no intervenía por nosotros, hubiéramos terminados todos muertos. Yo lo rescato como también lo hago con el jefe de policía de Rosario que fue el que me avisó que me iban a matar. Hay figuras que están por encima de cualquier institución, que se jugaron en un momento complicado”, subrayó Rubén Héctor Dunda.

Finalmente, el ex presidente de la Cámara de Diputados de Santa Fe remarcó que “que se juzgue después de 30 años significa que la democracia es un proceso. Celebro que se haya llegado a este punto de madurez”.