Max Verstappen se convertirá en el piloto más joven de toda la historia de la Fórmula 1 en participar en una sesión, en el caso de que la FIA le conceda la superlicencia necesaria para tomar parte en la categoría reina del automovilismo.

Sin embargo, eso no está en las manos del holandés que, por otro lado, ya ha realizado el test de 300km con un F1 de Toro Rosso y esta misma semana pasó un test médico en Finlandia. Así pues, los entrenamientos libres del próximo viernes en el GP de Japón, supondrían el mejor regalo de cumpleaños para Max, que mañana, 30 de septiembre, pasaría a tener 17 años.

"Ahora está en las manos de la FIA conseguírsela (la superlicencia) a tiempo", decía Franz Tost –jefe de Toro Rosso- alegando a que el holandés dispute los Libres 1 en Suzuka.

Para que Verstappen pudiera conseguir su superlicencia, el último paso que le restaba era hacer una prueba médica, que completó con éxito en Helsinki.

"Estaba totalmente monitoreado con escáneres y haciendo pruebas médicas. El equipo (médico) estaba satisfecho con mi salud y estado de forma", decía Max en su web oficial.

Además de todos los actos con la prensa y la FIA, en las últimas semanas, Verstappen ha estado trabajando en el simulador en Milton Keynes de Red Bull, preparándose para afrontar su primera participación en un GP de F1.


Sumando kilómetros en el simulador

Verstappen, que tomará las riendas del STR9 en los primeros entrenamientos libres del Gran Premio de Japón si la FIA finalmente le concede la superlicencia a tiempo, ha estado también acumulando kilómetros en el simulador de Red Bull.

"He pìlotado un par de veces en el simulador del Red Bull Technology Centre. Básicamente, pasas ahí todo el día, desde la mañana hasta la tarde, pilotando. La última vez practicamos con el circuito de Suzuka como preparación para los Libres 1 del Gran Premio de Japón. He de decir que es un circuito bastante complicado de dominar", indicó el joven piloto.