Comienza una nueva temporada de la NBA
El Opening Day (el debut de San Antonio será a las 21, ante Dallas, y en la Argentina podrá verse en directo por Space) tendrá otra vez a Ginóbili en la ceremonia de premiación de los campeones, en la que recibirá su cuarto anillo de la NBA.
Persiste esa mirada argentina de lo que en la NBA ocurre. Nos acostumbramos, año tras año, a repasar la actividad de nuestros jugadores. Esta vez, sin embargo, se acrecienta la sensación de estar viviendo los momentos finales del protagonismo de nuestros representantes en la liga más competitiva que puede ofrecer el deporte mundial.
En 2015, se termina el contrato de Manu Ginóbili con San Antonio. El bahiense, a los 37 años, no descarta, en caso de sentirse bien, renovar por otro ejercicio. Pero es imposible proyectarlo ahora mismo. También para Luis Scola , en los Pacers, es la última temporada con convenio en EE.UU. Para el básquetbol actual es joven, con 34 años. Tendrá que escuchar ofertas, pero antes deberá ganarse algo más de espacio en el exigente equipo de Indiana. A Pablo Prigioni le quedan dos años de acuerdo con New York, aunque a los 37 años también cada paso se evaluará con el transcurso de los partidos.
Pero antes de que la nostalgia se instale, mejor es recordar que el clima de esta noche en el AT&T Center será de fiesta absoluta. El Opening Day (el debut de San Antonio será a las 21, ante Dallas, y en la Argentina podrá verse en directo por Space) tendrá otra vez a Ginóbili en la ceremonia de premiación de los campeones, en la que recibirá su cuarto anillo de la NBA. Fantástico.
En realidad, éste parece ser sólo uno en una serie de homenajes que se les rendirán a los campeones. Anoche se estrenó el documental Champions Revealed, que repasa la carrera del Big Three que componen Manu (37 años), Tim Duncan (38) y Tony Parker (32), en una charla con Gregg Popovich. Ya pudieron verse algunos avances, en los que Duncan y Parker reconocen que no esperaban "nada" de ese argentino que llegó al equipo en 2003.
Es la forma de jugar del equipo la que terminó por imponer un respeto generalizado. En tiempos no muy lejanos, se decía que los Spurs tenían un estilo aburrido. El despliegue demostrado en el último certamen hizo que esa idea se esfumara. Todos valoran su filosofía de conjunto, con pases permanentes y sin egoísmos. Pero los reconocimientos son fuera de la cancha. Adentro la competencia será feroz, como siempre. El gran desafío será no sólo prolongar esa forma vistosa de jugar, sino también sostener la ambición en sus jugadores para intentar conseguir algo que nunca pudo hacer hasta ahora, que es ganar dos títulos seguidos.
Charles Barkley, comentarista en NBA TV, en el juego anual de las predicciones, no eligió a San Antonio entre los candidatos a ganar el anillo. Lo hizo con una broma que encierra un enorme elogio a la vigencia del equipo: "Como en las últimos 12 temporadas, no voy a votar a los Spurs, porque son demasiado viejos".
Más allá de la situación del campeón, ¿qué papel jugará cada uno de los argentinos en el certamen que comenzará esta noche?
Ginóbili ha perdido minutos luego de 11 temporadas, pero no por eso resignó protagonismo. Sus participaciones son más acotadas, pero nada de lo que hace es de relleno. Siempre es determinante. Y se sabe, no sólo por su rol anotador. Puede contribuir de tantas formas que transmite siempre la idea de que es imprescindible para el grupo.
Scola vivirá un año de transición en Indiana. Difícil de predecir después de la grave lesión de la principal figura del equipo, Paul George (fractura de tibia y peroné derechos), y la partida de un jugador influyente en la ofensiva como Lance Stephenson (se fue a Charlotte).
Arrancó la temporada pasada creyendo que podía destronar a Miami en el Este. Al principio fue contundente, pero llegó desgastado a los playoffs. ¿Qué pasará ahora? Puede reaccionar de dos maneras: reforzándose grupalmente para suplir la ausencia de su estrella o frustrándose y mermando su rendimiento si cada uno pretende individualmente ocupar ese espacio.
Para el argentino estarán limitadas las posibilidades de ganarse minutos importantes (no por cantidad sino por los momentos del juego en el que ingrese). Eso por tener delante a David West, que se desempeña bien en aquellas cosas que más le cuestan a Scola (la defensa sobre jugadores rápidos y más grandes).
Pablo Prigioni llegó hace dos años a la NBA para ocupar un rol secundario y, supuestamente, pretendiendo no más de 15 minutos por partido. La experiencia dice que su espíritu no está dispuesto a limitarse. Se ganó su espacio por su capacidad para ordenar a un equipo en el que muchos tienen como principal característica tirar antes que pasar y por su intensidad defensiva.
El cordobés reconoció en una entrevista con DPA que este año todo le está costando más: "Vengo de la selección y es mi segunda pretemporada en tres meses. Te desgasta. Tuve un bajón mental, se me hizo larga esta pretemporada. Y hay mucha información porque hay un cuerpo técnico nuevo (asumirá Derek Fisher como DT) y se juega un sistema nuevo. Hay que ponerle atención a cada detalle para entender de qué manera tenemos que jugar".
La llegada de José Manuel Calderón (33), base de España, y del joven Shane Larkin (22), presupone la pérdida de algunos minutos para Prigioni. Sin embargo, gracias a su capacidad para jugar con doble base y su buena lectura de juego siempre termina superando obstáculos.
Los viejos embajadores de la Generación Dorada encaran otra temporada en el máximo nivel. Hora de disfrutarlos más que nunca. A esta altura, para alguno de ellos puede tratarse de la última función.