Grecia: murió sindicalista tras ser herido en marcha contra los recortes
En el segundo día de la huelga general de Grecia se produjeron violentos enfrentamientos entre la policía y manifestantes radicales, en los que un sindicalista murió por un paro cardíaco y al menos otras 40 personas resultaron heridas.
El país estuvo paralizado por el quinto paro laboral en lo que va de año, convocado por los sindicatos mayoritarios del sector privado y público, en protesta contra las más recientes medidas de austeridad, que deben ser adoptadas esta noche por el Parlamento.
Debido a la huelga de 48 horas, desde el miércoles no funciona el transporte público urbano, el marítimo y el aéreo, mientras que hospitales y oficinas públicas no atendieron a los ciudadanos y las escuelas también permanecieron cerradas.
Decenas de miles de manifestantes bajaron hoy a las calles de Atenas y de las principales ciudades para expresar su malestar por las medidas, con las que el gobierno socialista quiere asegurarse la ayuda financiera internacional.
En los enfrentamientos, un sindicalista de la construcción, de 53 años de edad murió por un paro cardiaco que sufrió en una clínica capitalina, a la que había sido ingresado tras ser alcanzado en la cabeza por una piedra, lanzada durante una manifestación.
Al menos 40 personas sufrieron heridas por los incidentes entre radicales, sindicalistas y la policía, que usó gases lacrimógenos en la céntrica plaza Sintagma para dispersar a los manifestantes.
El líder de la oposición conservadora, Antonis Samarás, expresó hoy su pésame a la familia del fallecido y declaró que "el Gobierno ha perdido el control de la situación", por lo que llamó a mantener la calma.
La crisis económica griega, que comenzó a principios del año 2010, ya se ha cobrado cuatro víctimas mortales en las manifestaciones en contra de las políticas de ahorro y austeridad.
Tres personas fallecieron en mayo del año pasado calcinados en una sucursal bancarias atacada en Atenas con un coctel Molotov. El proyecto de ley que debe ser adoptado esta noche con una mayoría simple en la Cámara pretende recaudar en los próximos 27 meses unos 7.100 millones de euros adicionales para sanear la economía griega.
Las medidas incluyen recortes del gasto público, en pensiones y salarios, además de aumentos de impuestos, lo que es rechazado por la oposición política y también por un creciente sector de la población.
Pero las discrepancias también crecen en las filas del gobernante PASOK, lo que ha llevado al primer ministro, Yorgos Papandréu, a advertir de que ni un solo artículo del proyecto de ley debe fallar para asegurarse la ayuda exterior y evitar así una bancarrota.
No obstante, Vaso Papandréu, una excomisaria europea y exministra griega, declaró hoy tras una reunión con el primer ministro (con el que no está emparentada) que "será la última vez" que vote a favor de las medidas.
El PASOK cuenta con una estrecha mayoría parlamentaria, con 154 de los 300 escaños de la Cámara. El ministro de Finanzas griego, Evangelos Venizelos, manifestó hoy que "si el proyecto de ley no se aprueba no hay razón para que vayamos a la cumbre europea del domingo", donde se espera una decisión definitiva sobre el segundo paquete de rescate.
El informe de la "troika" internacional sobre la economía griega, que será presentado oficialmente mañana en la reunión del grupo euro, recomienda entregar a Atenas "tan pronto como sea posible" el sexto tramo de ayuda exterior una vez que el Parlamento apruebe las nuevas medidas de austeridad.
Pero los expertos internacionales advierten de que la deuda pública griega tiene una "dinámica extremadamente preocupante", con 329.400 millones de euros en 2010, equivalentes al 144,9% del Producto Interior Bruto (PIB), mientras que la contracción económica es mayor de lo estimado.