Comenzó la danza de nombres en Boca
El equipo xeneize ya piensa en 2015; Pablo Pérez, ex Unión, cerca de sumarse
Resulta pesado, pero corresponde cerrar el torneo y Boca debe cumplir. La cabeza está en 2015, porque 2014, resultó tan frustrante como 2013. El dolor por la eliminación con River todavía está en el aire, por eso la reconstrucción lleva una carga especial. Es que no hay margen para el error y la entidad de la Ribera no se puede permitir más pasos en falso (como el que tuvo anoche ante Gimnasia, 0-2) en el armado del nuevo plantel. Por eso los nombres que comenzaron a sobrevolar la Bombonera permiten hacer todo tipo de valoraciones. Es que arrancó con Carlos Tevez y en las últimas horas apareció en escena Lautaro Formica. Así de mezclado y de urgente resulta todo. Así de intenso será, evidentemente, el próximo año. Porque ganar un título, en medio de un período eleccionario, resultará determinante para todos.
El Vasco Arruabarrena ya comenzó a mover fichas y les informó a Ledesma, Grana, Echeverría y Burdisso que no están en su planes. Pero todavía no se expresó el entrenador qué pretende para reforzar el plantel. De todas maneras, la cantidad de futbolistas que se mencionaron en los últimos días hace creer que será un mercado agitado. Porque mientras algunos creen que el ciclo de Emmanuel Gigliotti está acabado (señalado por fallar el penal en el último clásico con River), algunas versiones indican que el DT está más enfocado en conseguir futbolistas que generen juego que en renovar su bloque de atacantes. Incluso el desembarco de Pablo Pérez (en la última temporada actuó en Málaga, de España) está casi cerrado.
En medio de tantas palabras y de versiones, hasta aparecen en escena otros apellidos para armar un nuevo Boca. Algunos dicen que Brahian Aleman podría ser tentado por Boca y hasta se especula con el regreso de Cvitanich. Y también se piensa en un central, más allá de que siga o no Juan Forlín.
¿Y en cuanto al nivel futbolístico? Boca no sale de su falta de juego. No importa qué formación utilice. El problema es profundo y demasiado evidente. De la misma manera que la falta de solidez defensiva lo expone. Un remate desde lejos de Vegetti fue el anuncio, y en apenas su segundo ataque Gimnasia logró vulnerarlo con un remate de Jorge Rojas, que aprovechó un mal cierre de Marín.
En ataque Boca probó de media distancia, pero fue un reflejo de cómo le costó progresar con un circuito fluido. No pudo crear acciones conjuntas para quebrar a un rival que se defendió con mucha gente. Y sigue de mala racha con los arbitrajes, encima. Ayer Abal no le dio un penal por una mano de Barsottini.
Lo anímico también juega. Sólo así se puede explicar que a Boca le hagan un gol a los 30 segundos de comenzado el segundo tiempo. Por eso se entendió la dura frase de Arruabarrena: "Los rendimientos no fueron buenos. Me voy con bronca con la derrota. Nos fuimos de vacaciones antes del partido". Todos los ítems deberán entrar en la reconstrucción para 2015. Y si hay algo que no le sobra es tiempo.