Enfrentar al estrés de fin de año
Las causas principales de este malestar son el factor anímico de terminar el año, tareas postergadas que quedaron pendientes, los encuentros sociales y la incertidumbre de lo que viene.
El estrés es una reacción fisiológica del organismo en el que entran en juego diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante o de demanda incrementada. Y fin de año tiene un poco que ver con eso: balances, reuniones familiares y el cansancio propio. ¿Hay además un factor psicológico?
Lo primero que aconsejan los especialistas es no desestimar las señales que da el cuerpo. Próximos a las fiestas, los ritmos se van acelerando y hay que definir cosas pronto: trabajo, encuentros, entre otros, y a la vez aparece esa "levedad" que tiene el fin de año. Es el momento, más que nunca, de asistirse a uno mismo.
Las señales que da el cuerpo no siempre son estados "sensoriales" sino también emocionales. Por eso, identificar las emociones, poder discriminarlas, y conectarse con ellas de una manera más regulada, auténtica y funcional implica una mayor salud y bienestar.
Durante estas fechas de celebración es frecuente recordar a los seres queridos que ya no están -este es el principal motivo de la tristeza que sienten muchas personas-. La publicidad engañosa puede ser otro de los factores que influyen en el estado de ánimo; el bombardeo de anuncios que reflejan familias felices y colmadas de regalos, invita a reflexionar sobre nuestra propia situación personal, económica o de cualquier otra índole. Empeñados en hacer un balance del año que termina, muchas personas se ven incapaces de cambiar de golpe y predisponerse para ser feliz.
Es una mezcla de nostalgias por el tiempo que no vuelve, alegría porque se va un año que quizá no fue como deseábamos en el que, tal vez, se nos presentaron acontecimientos inesperados y dolorosos, agregado al cansancio por el ritmo laboral, sostenido, todo ello, torna inevitable revisar o revisitar los acontecimientos vividos y las consecuencias que nos trajo, desde luego es un recorrido subjetivo.
Síntomas de estrés
Depresión o ansiedad, dolores de cabeza, alteraciones en el ciclo menstrual, alteraciones del sueño, trastornos gastrointestinales, problemas en la piel, uñas o cabello, disminución de la libido, nerviosismo, palpitaciones y contracturas musculares son signos de distrés o estrés negativo.
Este tipo de estrés afecta a nuestro sistema inmune y lo vuelve ineficaz. Influye en el desarrollo de patologías a las que estamos predispuestas por genética y nos torna vulnerables a contraer infecciones o a tener accidentes.
Los episodios cortos o infrecuentes de estrés representan poco riesgo. Pero cuando las situaciones estresantes se suceden sin resolución, el cuerpo permanece en un estado constante de alerta, lo cual aumenta la tasa de desgaste fisiológico que conlleva a la fatiga o el daño físico, y la capacidad del cuerpo para recuperarse y defenderse se puede ver seriamente comprometida.
Cómo relajarnos
-Aprender ejercicios de respiración y relajación por grupos musculares para aliviar la tensión corporal. Música tranquila, con sonidos de la naturaleza nos ayudan a bajar el ritmo acelerado del día.
-Todo lo que se deja pendiente estresa. Aprender a organizar correctamente el tiempo. Establecer objetivos y prioridades.
-Comunicarse de manera efectiva, expresando correctamente las opiniones y sentimientos.
-Mantener una dieta balanceada y ejercicio de manera habitual.
-Usar el fin de semana para cambiar el ritmo. Dejar siempre un momento para hacer contacto con la naturaleza, planificar un fin de semana con pocas actividades pero placenteras. Rescatar la importancia del tiempo para el ocio. Hoy en día existe el miedo de sentir que \\'no hacemos nada\\' y se olvida lo imprescindible que resulta parar y tener un momento con nosotros mismos y con los seres que amamos.
-No contestar "sí" inmediatamente sin estar seguro de que se van a tener las energías y el tiempo para responder a lo que se pide. Un simple "dejame ver" también es válido.
-Despertarse 20 minutos antes de lo habitual. Es más fácil reponerse de un rato menos de sueño que lidiar contra las complicaciones cotidianas (atascamientos de tránsito, olvidos o corridas porque los chicos tiraron la leche, etc.).
-Un buen baño, agua caliente y tiempo suficiente para el relax.
-Mimarse. Ir a la peluquería, darse un masaje relajante, hacerse un regalo, cada uno dentro de sus posibilidades.