Kicillof 2015: ni devaluación ni flexibilización de cepo al dólar

 Periodista: ¿La resolución del problema con los fondos buitre quedará para el próximo Gobierno?

Axel Kicillof: La respuesta de los buitres fue una suma de intentos por tergiversar la situación sobre quiénes eran ellos y quién era la Argentina y en ese sentido vienen actuando. Han actuado con una completa falta de buena fe. Los buitres instalaron en todo el mundo y en particular en los Estados Unidos, que Argentina es un país que no negocia con sus acreedores, que no tiene voluntad de pago y que este Gobierno no quiere resolver el default de 2001, cuando es todo lo contrario.

Todo el mundo sabe a esta altura que los fondos buitre trabajan para no acordar. No he visto a ningún fondo buitre que haya tenido un título de un país y que se haya sentado a una mesa de negociación de una deuda en default. El único que les creyó que ellos son una víctima fue el juez Griesa. No es verdad que ellos han rechazado ofertas de la Argentina, en realidad ellos trabajan en decir que la Argentina no hace ofertas. Pero creo que se ha avanzado y este enero es importante para poner las cosas en su lugar y dibujar de nuevo la "cancha" donde se está jugando este partido.

P.: ¿Cómo se ha avanzado?

A.K.: Hay avances muy definidos en términos de plantear cuál es la posición de la Argentina. Cuando fui a Nueva York la primera vez, se tenía la idea que eran unos pobres fondos estafados, que la Argentina tenía que pagar nada más que u$s 1.600 millones, que el país los podía pagar y que si no lo hacía era por obcecada. Lo que quedó demostrado en este tiempo es, primero, que no eran u$s 1.600 millones. Segundo, que la interpretación del pari passu pone en riesgo las posibles reestructuraciones de deuda de todo el planeta. Hubo pronunciamientos generales, por ejemplo, del Fondo Monetario Internacional , del G-20, incluso del propio sistema financiero. La semana pasada, las Naciones Unidas votó el Presupuesto para comenzar a armar la convención internacional para la reestructuración de las deudas. Si la Argentina hubiera pagado los u$s 1.600 millones hoy tendría por delante todas las demandas que aparecieron en el juzgado de Griesa por aproximadamente unos u$s 10.000 millones.

P.: ¿Ante este escenario, cree que el juez Griesa podrá hacer algo a favor de la Argentina?

A.K.: Hoy se han puesto en evidencia los errores de la sentencia de Griesa, que fue de lo más imperfecta que uno se pueda imaginar. Yo creo que tiene un límite el poder de un juez para ir en contra de lo que opinan todos los países, de la propia opinión pública norteamericana. También ha ocurrido el ataque de los fondos buitre a Petrobras, me parece que se está viendo la verdadera cara de los fondos buitre que es una cara horripilante.

P.: ¿Usted piensa que Griesa podrá tomar alguna medida como, por ejemplo, permitir que cobren los acreedores con legislación europea?

A.K.: Yo no me animo a efectuar pronósticos sobre las actitudes que puedan tomar el juez ni los fondos buitre, porque los hemos visto en acción. Todo este tiempo han ido barriendo debajo de la alfombra en un tándem todas las dificultades y los enormes riesgos que plantean las decisiones que están tomando. Pero, hay un momento donde yo entiendo que tiene que primar la razón, la Justicia y la lógica financiera. Lo que hizo Griesa no sólo pone en riesgo el cobro de nuestros acreedores, sino también pone en una situación muy peligrosa a los prácticamente u$s 900.000 mil millones de títulos emitidos con la misma cláusula pari passu. Creo que se ha llegado a un límite, que se está cuestionando la decisión del juez Griesa en tribunales ingleses, que se ha planteado una situación insostenible con su no definición sobre bonos con ley argentina, está haciendo agua por todos lados.

No me animo a decir si esto va a hacer cambiar al juez o a los fondos buitre, pero de lo que sí estoy seguro es que su posición es cada vez más insostenible. Queda claro que son los fondos buitre y el juzgado de Griesa los que tienen que dar un paso para salir de la oscuridad y pasar a la luz. Si lo que pretenden es que esto tenga una solución para todos los bonistas, podrían hacerlo, tienen todo a su disposición.

P.: Es decir que podemos esperar algo pero dependerá de ellos...

A.K.: Sí. Argentina hizo una oferta cuando reabrió el canje, ellos no dijeron ni sí ni no, siguieron atacando, diciendo que la Argentina no negocia; con esta actitud no veo que se pueda llegar a ningún lado.

P.: El economista Miguel Bein sostiene que en 2015, si hay acuerdo con los buitres el PBI crecerá un 3% y, en caso contrario, se contraerá un 3%. Como Bein, muchos economistas creen que es fundamental acordar con los fondos buitre para que la actividad repunte. ¿Usted piensa que la actividad está tan vinculada a terminar con la situación de los fondos buitre?

A.K.: Definitivamente no.

Como suele suceder con estos análisis hipotéticos, en general suelen ignorar todas las condiciones circundantes y los supuestos que implicaría modificar una sola cosa. Creo que hubo mucho alboroto interno provocado voluntariamente, tratando de asociar el pago a los buitres con la situación económica argentina. No digo que no tenga ningún efecto, porque evidentemente -porque bueno hay que ver cómo están las finanzas del mundo para los países emergentes, etc.-, pero cuando Argentina depositó la plata -contra todos los pronósticos- los bonos de Argentina siguieron cotizando igual que antes del episodio de los buitres. Así, como toda la cuestión de los buitres no tuvo un efecto en el costo del financiamiento para la Argentina, porque los bonos siguen valiendo lo mismo, tampoco estoy seguro de que ir y arreglar en el juzgado de Griesa le traiga algún bien al país. También hay que ver a qué llaman acordar con los buitres. Solucionar el problema de los buitres saliendo a buscar un préstamo enorme, como u$s 15 mil millones, yo no diría que es una solución demasiado atractiva. Hay quienes tienen vocación de volver al endeudamiento con cierta nostalgia de los 90, y no lo digo por nadie en particular, pero creo que forma parte del fenómeno que consiste en recargar la cuestión para forzar un acuerdo a cualquier costo.

P. :¿El Gobierno tiene previsto lanzar un nuevo canje de títulos?

A.K.: La última licitación fue un éxito completo porque casi nadie se llevó los dólares cuando nosotros estábamos dispuestos a poner 6.700 millones de las reservas. La apuesta fue elevada y la sostuvimos igual. Ahora quedó demostrado que no hay preocupación por los vencimientos de este año. Entonces, si en las peores condiciones no hubo prácticamente nadie que se llevara los dólares, porque la licitación se hizo en una semana negra para los mercados mundiales, en circunstancias mejores de las finanzas internacionales todos aquellos que habían pedido esto y se echaron luego para atrás por la situación internacional, podrían volver a ser interesados. Evaluaremos las condiciones.

P.: ¿Piensan colocar más Bonar 24?

A.K.: Todo el mundo dice que hay apetito por los títulos argentinos, sin embargo, esa semana ofrecimos y la oferta limitada. El principal punto nuestro que quedó demostrado, es que Argentina este año no tiene problemas financieros y así lo percibe el sector financiero internacional, porque si no se hubieran ido. Con base en eso tenemos la tranquilidad para ver cuáles son las operaciones más convenientes según la situación del mercado.

P.: ¿Se va a seguir ampliando la compra de divisas?

A.K.: Hay un movimiento fluido en la compra de divisas en la Argentina, por ejemplo, en 11 meses se pagaron importaciones por u$s 60.000 millones, se vendieron unos 3.700 millones para atesoramiento y turismo. Este año hubo más de u$s 65.000 millones por estos conceptos y si les sumamos pagos de deuda, llegamos a un número muy importante. Es decir que en Argentina hoy lo que no se puede decir es que no haya movimiento de divisas, todo lo contrario. Es una economía muy abierta, donde además la gente viaja mucho. La necesidad de divisas es para cuestiones esenciales como son las importaciones de insumos, de energía, y además hemos podido cumplir con pagos de deuda externa.

P.: ¿Pero piensan flexibilizar?

A.K.: Yo no veo que el problema esté ahí. Tenemos que tener la mirada de lo que está sucediendo con el precio de las materias primas que se han caído entre un 40% y el 60% en algunos casos, y las turbulencias en los mercados de capitales. Además, en lo que está ocurriendo en países vecinos, como Brasil, y cuáles son los grandes movimientos financieros que están ocurriendo. La opinión pública tendría que tener una comprensión más general, el problema no es si se cambia o no una barrera para comprar dólares para ahorrar, me parece que el problema es lo que está ocurriendo con las divisas a nivel internacional.

P.: ¿Precisamente, la Argentina no debería adecuar su tipo de cambio como están haciendo otros países de la región, para exportar más?

A.K.: No creo que se hayan tomado decisiones devaluatorias en la región, sino que hubo fuertes salidas de capital y perspectivas malas en cuanto a las cuentas externas y en algunos países les forzaron una devaluación. Hoy no estamos ante una guerra competitiva de monedas, sino ante una caída de los precios de los commodities vinculada con la revalorización del dólar y probablemente con el incremento de la tasa de interés en Estados Unidos después de mucho tiempo de tasas muy bajas y esto va a generar violentos flujos de capitales y tormentas financieras, cambiarias. Los gobiernos tienen que buscar la batería de medidas para proteger a su población, la producción, el empleo, el consumo. Para esto no hay una receta única.

La administración cambiaria del Gobierno tiene que tener en cuenta diversos objetivos, pero la estabilidad de las variables es uno de esos objetivos. No podemos dejarnos llevar por la tormenta perfecta que se ha armado a nivel internacional y decir "tal país devaluó y entonces yo hago lo mismo". Me parece que no es la solución. Eso sí, en un momento de mucha inestabilidad hay que estar muy atentos y con todos los instrumentos a la mano para defender lo que siempre ha defendido este Gobierno. No es momento para reaccionar de manera impulsiva.

P.: ¿En cuánto estima que cierra el PBI de 2014?

A.K.: No veo que 2014 haya sido un año de caída, creo que vamos a terminar en positivo. Con todas las políticas de estímulo al consumo interno logramos un buen desempeño pese a la crisis internacional. En cuanto a 2015, va a ser un año bueno.

P.: ¿Cómo cierra en materia de inflación?

A.K.: Todavía no cerramos el último dato del año del INDEC. Hubo un inicio del año con valores de nuestro IPCNu elevados y se fueron reduciendo a lo largo del año y esto no fue fortuito o mágico. Responde a las políticas de Precios Cuidados, estabilidad cambiaria y otras medidas, como la reducción del precio de la nafta.

P.: ¿Se anunciará esta semana la nueva etapa de Precios Cuidados?

A.K: Prevemos hacer su presentación definitiva el 12 de enero. Los aumentos de precios estarán no muy lejos de los ajustes efectuados en las anteriores correcciones. Cada vez hay más interés por el programa, con un incremento del 75% promedio en la demanda de artículos de Precios Cuidados y hoy representa el 20% de la facturación de los supermercados.

P.: ¿Están pensando en algún otro instrumento para fortalecer el consumo, como por ejemplo, Ahora 12?

A.K.: El Ahora 12 es un instrumento muy versátil y flexible que permite incorporar sectores, modalidades. Cuando veamos que hay alguna retracción particular, sectorial en el tema ventas que tenga que ver con el acceso al crédito lo tendremos en cuenta. Lo estamos revisando permanentemente y estamos abiertos a usar el instrumento para lo que fue diseñado. Fue un tremendo acierto.