Un repunte del consumo podría agravar la escasez de dólares

Según Economía, ya se ve una recuperación de las importaciones que anticipa una mejora en la actividad; relativizan el impacto en la balanza comercial.

Es un trabajo de hormiga que apunta a revolucionar las expectativas. En cada encuentro informal o reunión con empresarios y periodistas, el Gobierno imprime la buena noticia con cuentagotas: en el año electoral, los números oficiales muestran un incipiente repunte del consumo y la economía. Sin embargo, la escasez de dólares podría minar ese optimismo.

En los últimos meses, el reacomodamiento del consumo interno volvió a impulsar las importaciones, según contó un miembro del equipo del ministro de Economía, Axel Kicillof. El mismo funcionario estimó que, debido a la caída de la demanda y los precios a nivel mundial, las exportaciones locales se mantendrán en el mejor de los casos en niveles de 2014, cuando cayeron un 11 por ciento.

"Hay un repunte de las importaciones", confirmó, dato que -estimó- adelanta una mejora en la economía nacional. "La demanda global es bastante pobre. Brasil es una gran preocupación", admitió, en cambio, sobre las ventas al exterior al principal socio comercial, que sufre un ajuste económico. "¿Esto provocará un menor saldo comercial?", preguntó LA NACION. "Hay que ver", se limitó a conceder el funcionario. "Estamos tranquilos con la cantidad de divisas", se atajó rápido. A pesar de la sentencia, dio una pista sobre cómo el Gobierno sostendría la incipiente mejora en el nivel de actividad. "El comercio exterior no es la única fuente de divisas", dijo. Con una fuerte caída de las inversiones, la opción que se barajaría es un renovado intento de volver a los mercados voluntarios de deuda.

Incluso a fines del año pasado, Kicillof lanzó una emisión por US$ 3000 millones que fue un fracaso en el mercado. Sólo logró colocar un 3 por ciento. El amesetamiento de la actividad -para no caer en mayor destrucción de empleo- se sostuvo entonces con dólares "alquilados" del swap con China, las licitaciones de espectro de 3G y 4G, y algunos acuerdos con productores agropecuarios. Semanas atrás, el Gobierno volvió a impulsar el intento de emitir deuda y debió recular por la presión de los holdouts y las advertencias del juez Thomas Griesa a los bancos a los que el Gobierno había seducido con la idea.

En 2014, la balanza comercial cayó al nivel más bajo en los últimos 13 años. Según el Gobierno, la baja en las exportaciones no se debió a la aplicación de las DJAI -"sólo un instrumento de administración de comercio"- ni tampoco a la falta de insumos que restringe la producción local y las exportaciones.

"No hubo problemas de insumos. Garantizamos que las divisas no sean una restricción al comercio exterior", afirmó el funcionario. No obstante, admitió que las empresas tienen deudas con sus proveedores -no concordó con el monto de US$ 5000 millones pero no dio una cifra oficial- y reconoció que hubo problemas en los primeros meses del año para acceder a los dólares que entrega el Banco Central.

"Es prematuro", contestó el funcionario cuando se lo consultó sobre cómo responderá el comercio exterior este año. No obstante, y como ejemplo, tomó un rubro al azar (de alimentos) y, señaló que en enero y febrero habían aumentado un 41% las exportaciones en cantidades, pero sólo 1% en precios.

En un año de elecciones, esa escasez de divisas en el comercio exterior abren la puerta al fin del desendeudamiento para sostener la economía.