"Triverio, un perro de caza alevoso y palmario"

 Decir que el Tate tiene en su ataque un “perro de caza” es apenas el intento de descripción de una forma extraordinaria que tiene el elenco santafesino de domesticar rivales y llegar con frecuencia al gol, con un mastín que se ha convertido en una fiera indomable y persistente. Es un depredador natural. Cómo explicarles… es un genuino cazador dentro de un campo de juego. Su verdadero hábitat natural son las áreas y sus adyacencias, lugar en el cual se mueve siempre hambriento de gol.

Triverio es un “perro” alevoso, palmario. Para Quique, su vocación de gol es anterior al propio oficio de delantero. Es decir, Triverio fue goleador antes que jugador, y se le nota. El instinto “asesino de las áreas” está en los genes. El “Pointer” rojiblanco tiene ataque directo al corazón enemigo sin piedad. Localiza la pelota a primera vista y tras una rápida persecución la alcanza, para luego lastimar al guardameta rival. Transita con ojos bien abiertos y siempre agazapado para dar el zarpazo en el momento menos pensado. No olvidemos el detalle que además se las ingenia para lanzarse a la aventura siempre bien acompañado por sus laderos, Gamba, y Malcorra,

Unión tiene un cachorro voraz que te liquida a sangre fría. Es una perfecta máquina de cazar, donde la eficacia se basa en la efectividad de sus contadas pero siempre destacadas intervenciones. No falla. Las estadísticas son elocuentes: "7 presas en 8 faenas". ¡Un animal!

El camino de los rojiblancos en la búsqueda de buenos resultados será largo, pero parece tener claro cómo “dar en el blanco”. Desde las órdenes del amo “Leo” y las ejecuciones de su “perro de caza” intratable e insaciable, el Tate parece transitar por la buena senda. Si el resto de la “jauría” acompaña sin descompensaciones, equilibrando las intenciones de triunfar, el 2015 será para Unión una época fecunda para alimentar el deseo de grandes banquetes. Los de la Avenida están muy bien abastecido por su feroz sabueso Triverio, un mastín cotizado en las mejores “Academias” caninas; ese que hasta ahora, nadie supo ni pudo domesticar. Enrique Triverio, un implacable goleador... de una raza en extinción.