El ciclo de Sabella empezó con el sello del ex entrenador de Estudiantes. La Argentina no priorizó la posesión de la pelota, fue sólida en defensa y no perdonó en el ataque, con contraataques rápidos y agresivos, y con Messi e Higuaín imparables. Venció a Chile por 4 a 1, en el debut por las eliminatorias 2014.

El show de Gonzalo Higuaín empezó a los siete minutos del primer tiempo. En esta acción se dio un indicio que se repetiría a lo largo del partido: contraataques efectivos que producían daño. El Pipa puso el 1 a 0, tras recibir un buen pase de Di María.

Y luego Lionel Messi. El crack rosarino puso el 2 a 0, después de definir por abajo del arquero Bravo. La sociedad Messi e Higuaín se mostró, como nunca, empática, con ganas de juntarse y aprovechar las virtudes técnicas y físicas. Entre los dos, volvieron loca a la defensa chilena.

En la segunda parte, intercambiaron ataque por ataque. Jugado en ir a buscar el descuento, Chile le dio espacios a los delanteros argentinos. A los seis minutos, llegó el tercer tanto por medio de Higuaín, tras otro pase de Di María. El delantero del Real Madrid fue infalible en la definición.

A los quince llegó el descuento de Chile, con un gol de Matías Fernández, tras una confusión de la defensa argentina y una mala salida del arquero. Pero Higuaín, intratable, marcó el 4 a 1, tras otra buena combinación con Messi y otra gran definición.

Con el resultado sellado, Sabella probó con Rinaudo y Salvio, caras nuevas que aparecieron en este ciclo. Sin ser dominante, la Argentina superó con claridad a Chile, un rival que se presentaba complicado. Terminó siendo una presentación con señales positivas, especialmente porque jugadores como Messi e Higuaín se sintieron cómodos, como cuando juegan con sus equipos. Una goleada que ilusiona.