El centenario del genocidio armenio se conmemora en Erevan, tras la canonización el jueves de parte de la Iglesia Apostólica Armenia de 1,5 millones de víctimas, con una ceremonia en el Memorial Dzidzernagapert ("fuerte de las golondrinas").

Al comenzar la ceremonia el presidente armenio Serzh Sarksyan y su esposa Rita saludaron a las delegaciones extranjeras. Luego el presidente subrayó que los recientes progresos en el reconocimiento del genocidio armenio deben ayudar a "dispersar las tinieblas de cien años de negacionismo".

El presidente de Turquía, el islamista Recep Tayyip Erdogan, expresó sus condolencias a los descendientes de los masacrados en el Imperio Otomano.

"En este día, que tiene un significado especial para nuestros ciudadanos armenios, recuerdo con respeto a aquellos armenios otomanos que perdieron la vida bajo las condiciones de la Primera Guerra Mundial", declaró el presidente en un comunicado.

"Expreso mis condolencias a sus hijos y nietos", agregó Erdogan en la nota colgada en la página web de la presidencia turca, al calificar lo sucedido hace un siglo como "acontecimientos tristes".

Turquía rechaza con vehemencia calificar estas masacres como "genocidio" y se enfrenta por ello a varios países europeos, como Austria o Alemania, los dos aliados del entonces Imperio Otomano en la Primera Guerra Mundial.

Por su parte el presidente ruso, Vladimir Putin, dijo que "no hay y no puede haber justificaciones para las matanzas masivas".

"Las nuevas generaciones armenias y de los otros pueblos de la región -agregó- deberían vivir en paz y de acuerdo, libres de los horrores provocados por el antagonismo religioso, del nacionalismo agresivo y de la xenofobia".

"No olvidaremos nunca la tragedia que atravesó su pueblo", dijo a su vez el presidente francés, Francois Hollande, en la ceremonia.

Hollande dijo que espera una mejora de las relaciones entre Armenia y Turquía, "de modo que estos dos pueblos no sean vecinos distantes".

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, volvió a evitar el término "genocidio".

En un comunicado, exigió no obstante un "pleno, sincero y justo reconocimiento de los hechos".

Aunque en su etapa como senador y candidato a la presidencia Obama sí utilizaba el término genocidio, dejó de hacerlo desde que entró en la Casa Blanca, en enero de 2009.

"He expresado plenamente mi propia opinión sobre lo que ocurrió en 1915, y ésta no ha cambiado", señaló ahora en el comunicado.