\\"Cuando termine su mandato, Cristina no hará más que dar su opinión si alguien la llama\\"
Su tonada pone en evidencia un origen norteño furioso. Da la mano y mira a los ojos al mismo tiempo. Un saludo fuerte. Seguro de sí mismo. Clásico, respetuoso. No hay relojes lujosos, cadenitas, pulseras, nada. Pelo corto, prolijo. El gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, sabe lo que quiere. O al menos eso demuestra. Es uno de los gobernadores más jovenes de la República Argentina, pero aún así no pierde su lugar, no vive segundas adolescencias. Poco se conoce de su vida íntima. Es que el perfil bajo es el que prefiere por sobre todas las cosas. Se pone a disposición del entrevistador mientras le responde mensajes de texto a su hija, ya adolescente. Reclama más atención: "Me responde cuando tiene ganas", se queja entre sonrisas. Cansado del reclamo de "empanadas salteñás", cree que es hora de lanzar una producción masiva.
Se demuestra peronista y kirchnerista pero no se censura. Se anima a exponer sus diferencias, sostiene que con el discurso de "continuidad" solo no alcanza y reclama que los candidatos no están discutiendo la Argentina que viene.
-¿Qué cambia con esta re-reelección?
Es el mismo título, lo único es que me gané son cuatro años más de laburo en una provincia que todavía tiene una demanda enorme insatisfecha en términos de una brecha social grande, todavía, con muchos problemas.
-¿Cómo se explican los tiempos de la política? Alguien te puede decir que ya llevás ocho años como gobernador
Lo que se explica es que Salta lleva, fácil, 200 años de postergación, el norte argentino tiene ese problema. El PBI per cápita de los salteños es la mitad del promedio nacional. Significa que si nosotros seguimos creciendo, como lo estamos haciendo, recién dentro de 132 años vamos a tener el promedio de vida de la Argentina.
-¿132 años?
Sí. Creciendo un punto y medio por arriba de la media nacional, que es como está creciendo Salta, necesitamos más de 132 años para tener el PBI per cápita promedio. Venimos corriendo muy de atrás.
-¿Cómo se analizan las estadísticas actuales?
Obviamente que cuando vos te ponés a discutir sobre indicadores podemos discutir horas y días, lo importante es ver la película. En Salta, en los últimos siete años hemos tenido la reducción de pobreza más grande de nuestra historia. Datos duros: mortalidad infantil, desnutrición infantil, mortalidad materna, hemos tenido la reducción más grande. Tenemos un drama... se sigue muriendo gente que no debe morir por problemas que debieran de ser evitables. ¿Qué significa eso? Cientos de millones de dólares en obras de infraestructura y no alcanza.
-¿Y cómo deben actuar los gobiernos?
En los ultimos 10 años el norte argentino creció como no crecía en muchas décadas, no alcanza, hay que hacer mucho más. Desde los gobiernos podemos hacer las cosas lo mejor posible pero hay que seguir cambiando. Nosotros invertimos la lógica de gestión. Hasta que llegamos, Salta tenía la lógica clara del derrame: crecer los grandes lo más posible y luego derramaban hacia abajo. Yo di vuelto eso, ampliando la base social lo más posible.
-¿Cómo se presenta Urtubey ante alguien que no lo conoce?
Soy una persona que está convencida que encontró su misión. Mi misión es pelear para vivir en una sociedad más justa. Soy un convencido de eso. Si abracé el peronismo desde muy chico es justamente porque creo que esa es la causa que busca que los más humildes, los más vulnerables, los que nada tienen, puedan estar un poquito mejor. Yo soy un apasionado y me entrego a fondo en cada una de las cosas que hago.
-¿Todavía existe el peronismo?
Sí, definitivamente existe. ¿Dónde hay peronismo? En donde hay alguien convencido de que puede haber movilidad social, de que podés salir de pobre, de que podés vivir mejor. Eso en definitiva es peronismo. Si hay algo que la historia va a valorar de estos últimos 12 años de política es que Néstor y Cristina reposicionaron el peronismo en un lugar bastante parecido al que conceptual e idologicamente debe ser. Vamos a ser claros, en nombre del peronismo también se hizo todo lo contrario invocando a Peron y Evita.
-¿Por qué no se te asocia con ese peronismo tradicional? Tu campaña no habla del PJ, ni de sus símbolos...
¿Qué es lo que pasa? Me parece que abusa de la liturgia el que tiene poco adentro. Yo no tengo que estar demostrándole peronismo a nadie. Solo lo que hay que hacer es caminar Salta y ver como era hace siete años y cómo es ahora. Tenemos todavía problemas terribles pero nosotros hemos puesto en marcha una locomotora que lo que está buscando es levantar al que estaba postrado. Lo que hemos recuperado es nuestra autoestima.
-¿Cómo será el poder sin Cristina Kirchner?
Será un nuevo Gobierno, con una nueva composición de poder, no sabemos quién va a gobernar la Argentina y yo voy a trabajar incansablemente para que sea un dirigente peronista de nuestro espacio político, del Frente para la Victoria. El problema es pensar que con la sola continuidad alcanza. A mi juicio, pensar eso es un error no solo táctico, sino estratégico. En la Argentina, producto de todo lo que se hizo, la realidad es diferente, no solo a la de hace dos años, sino a la de 12 años atrás. Si yo digo que solo voy hacer lo que se está haciendo, seguramente me va a ir mal. Si fuiste transformando la realidad hay nuevos problemas y habrá resolver una nueva manera de enfocarlos.
-¿Por qué está tan de moda "los pases" en la política? ¿Está mal cambiar?
Está bien en la medida que sea producto de una evolución, en la medida que el cambio no disfrace discutir posiciones de poder. Yo en la vida he ido aprendiendo, en definitiva vas evolucionando. El problema es cuando solo te queda vocación de poder y cuando los principios no son mas fuertes que esa vocación de poder, hay problemas.
-Si el próximo Gobierno es del Frente para la Victoria... ¿Existe la posibilidad de un doble comando ejercido por Cristina?
No veo posible un doble comando porque el imperio de la realidad indica que cuando alguien es electo Presidente es el que conduce. Está bien, lo hará condicionado a la fuerzas fácticas de la sociedad: el Congreso y los otros poderes del Estado, como corresponde. Como gobernadores debemos acompañar ese proceso.