Se viene una reunión decisiva en el Comité Ejecutivo
La votación de la Argentina en el congreso de la FIFA generó un terremoto en el fútbol nacional. El martes, en la habitual reunión del comité ejecutivo, Luis Segura deberá capear un temporal de cuestionamientos. Y dar más de una explicación. El núcleo duro de lo que era el grondonismo -con base en el fútbol de ascenso- todavía no entiende cómo fue Miguel Silva (¡justo él, vicepresidente de Arsenal!) el encargado de ponerle fin a la histórica alianza entre el fútbol argentino y Joseph Blatter, un acuerdo tejido y propulsado por Julio Grondona.
"Que nos diga en la cara por quién votó", fue la frase esgrimida entre los más beligerantes, hombres del ascenso. Otro argumento que esgrimen es que la comitiva encabezada por Segura viajó a Suiza para el congreso de la FIFA "sin mandato". Ante la consulta sobre si la cúpula de la AFA alguna vez sometió a discusión colectiva la postura del fútbol argentino en la votación de la FIFA, la respuesta de un dirigente fue tajante: "¡¡Jamás!!". Una vez en Suiza, Segura y compañía tampoco dieron demasiadas precisiones sobre sus pasos a quienes permanecieron en Buenos Aires. "Ni el presidente [Segura] ni el secretario general [Silva] se comunicaron conmigo. Y por lo que entiendo, tampoco lo hicieron con ninguno de mis compañeros de comité", aporta Eduardo Spinosa, el funcionario de más alto rango (es el tesorero) que quedó en la AFA. Ante la pregunta sobre un eventual enojo por la postura adoptada por la AFA y el apoyo al príncipe Hussein, el contador que también preside Banfield responde: "Quiero hablar primero cara a cara con ellos [Segura y Silva] antes de emitir una opinión. Pero no debe de haber sido fácil estar ahí".
"Yo no hubiese votado al príncipe. Y puedo fundamentarlo claramente", agrega otro hombre cercano a la AFA. "¿A quién se le ocurre que a la UEFA le interesa Sudamérica?", se pregunta el informante, en relación con un eventual acuerdo con la federación que dirige Michel Platini. "Un mamarracho", califica un tercer directivo. Y un cuarto informante, un dirigente de primera división, agrega: "Nadie entiende por qué hicieron lo que hicieron". El escándalo del FIFA-gate y las desprolijidades que envolvieron al voto de la AFA hacen que quienes no comulgan con la actual conducción y pretenden un cambio en la cúpula dirigencial sientan que los herederos de Grondona no pueden mantenerse por mucho tiempo más en el poder.
La cadena de idas y venidas que rodeó al polémico apoyo de la AFA hacia el príncipe jordano Hussein (¿cuánto sabrán los directivos argentinos de este paladín del fútbol femenino en los países árabes que se convirtió en el máximo dirigente de la Confederación Asiática?) comenzó no bien los integrantes de la Conmebol aterrizaron en Zurich. Hasta la ya famosa redada del FBI en los hoteles de lujo de esa ciudad, el bloque garantizaba un apoyo monolítico a Joseph Blatter. Sin quiebres ni fisuras. El raid policial y las siete detenciones (que los dirigentes presenciaron in situ), sumados a los dos procesos judiciales abiertos (uno en Nueva York y el otro en Suiza) provocaron que el fútbol sudamericano replanteara su estrategia.
El jueves por la tarde-noche de Zurich la grieta era evidente. En ese momento, tres federaciones ya se habían dado vuelta. Edwin Oviedo, de Perú, se mostró crítico con las sospechas de corrupción que envuelven a la FIFA desde que pisó territorio helvético. Pero fue Chile el más decidido a darle la espalda a Blatter. Una llamada desde el Palacio de la Moneda -negado por las autoridades de la ANFP, confirmado por otras fuentes- comenzó a provocar la revolución. Uruguay, encabezado por Wilmar Valdez (un directivo cercano a Francisco "Paco" Casal), acompañó al instante. Al principio, en la delegación argentina cundieron las dudas sobre la postura por tomar. Pero sus integrantes se fueron a dormir con la convicción de votar por el candidato opositor a Blatter. La confirmación de la postura argentina llegó en la mañana del viernes. "No apoyamos a Blatter", avisaron.
Fue el presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol, Marco Polo Del Nero, quien anticipó la estrategia del bloque: "Dejamos un representante en Zurich para votar de acuerdo con la Conmebol. La Conmebol vota en bloque. Cuando existen más de seis votos [para un candidato], los otros cuatro acompañan. Me fui de Zurich, pero pedí que nuestros delegados acompañen la votación", señaló Del Nero en declaraciones que reproduce O Estado de São Paulo. La Conmebol, sin embargo, no respetó el acuerdo de palabra. El hombre de Del Nero, Mauro Carmélio, votó por Blatter. Lo mismo hicieron el presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol, Luis Chiriboga, y la delegación venezolana.
Las palabras del presidente del fútbol paraguayo, Juan Ángel Napout, después de las elecciones, clarificaron la situación. Para los directivos sudamericanos, lo más importante eran las 4,5 plazas en el Mundial. La reelección (o no) de Blatter era secundaria. Quizá porque ya sabían que ni el FBI, ni la justicia suiza, ni los operadores políticos de Hussein podrían torcer la historia en las urnas como en definitiva ocurrió.
El voto inconsulto al príncipe Hussein puede transformarse en otro frente abierto para los principales directivos de la AFA. Un fútbol envuelto en violencia, muerte, desorganización y problemas económicos. Un cóctel explosivo que puede detonar en cualquier momento. Un escenario con salida incierta, en el que nadie descarta un hipotético adelantamiento de las elecciones, previstas para octubre