La AFA Grondonista, un anexo de la mafiosa FIFA

 Nunca se había revelado tan claramente el desdén, la desidia y la mismísima impunidad en el ámbito deportivo como ocurrió este domingo en el programa de Majul, donde pudieron escucharse tantas atrocidades juntas. El daño estructural ha quedado como nunca en la superficie de una actividad que patea sus escombros sin que nadie haga nada. La razón sigue perdiendo por goleada en nuestro fútbol. El lado oscuro de cada uno de los actores de esta obra de terror salió a la luz una vez más en charlas de verdaderos gángsteres de la redonda. Quedó claramente evidenciado que tenemos un fútbol cada vez más sitiado por delincuentes de distinto rango.

En la AFA el mañana apremia y obliga a revisar, evaluar y sobre todas las cosas, decidir y actuar. Pero esta vez, librados del perverso sistema de acumulación de reparto y dependencia del eterno poder de “Don Julio”, quien por décadas manejó los destinos de la “número 5” con la subordinación absoluta de sus pares.

El espacio público que ocupa el fútbol argentino se transformó en una “ruleta rusa” que requiere definitivamente una intervención superior. Una intervención sin tantos cabildeos y con más acción. Con la firme voluntad de cambiar de una vez por todas y para siempre esta perversa maquinaria corrupta repleta de voraces pandilleros alimentados de “gol”. Una expresión de deseo es insuficiente sin la compañía de herramientas que puedan satisfacer ese deseo. Perdón Diego pero “la pelota está cada vez más manchada”.

Es evidente que "la AFA Grondonista” es un anexo de la mafiosa FIFA que, como buena mafia, ha invertido la mayor parte de sus ganancias para beneficio de “la familia”, pero ha tenido la astucia de hacer donaciones caritativas al “vecindario” para poder contar con su lealtad. Los capos se han dado la gran vida traficando influencias, lavado de dinero, incentivando y sobornando. Muchos inmorales del ambiente quedaron expuestos a la par del fallecido Presidente. Son impúdicos, obscenos y deshonestos a más no poder. Su accionar remite, sencillamente a un burdo sistema delictivo en el marco del “fútbol asociado”. Ninguna muerte redime los pecados. Nadie pasará a ser mejor o peor después de su deceso, solo que en algunos casos perdimos la oportunidad de presenciar el juicio final y evaluar así la “obra” completa. La de Grondona y la de tantos otros que siguen vivos y sin ser juzgados. Esos necios que confunden valor con precio. Y así “seguimos revolcaos en un merengue y en un mismo lodo todos manoseaos...”

Entre tanta corrupción disfrazada de proteccionismo al desamparado hincha, emerge el infinito recuerdo del mirífico Enrique Santos Discépolo; multifacético, describió como nadie los males del ser nacional, decodificando las miserias humanas que supimos conseguir. "¡Igual que en la vidriera irrespetuosa de los cambalaches se ha mezclao la vida, y herida por un sable sin remaches ves llorar la Biblia contra un calefón...!".

Conmovidos por tanto realismo, dirigentes, jugadores y árbitros recitan en trinidad el afinado coro… "¡Siglo XXI Cambalache, problemático y febril, el que no llora no mama y el que no afana es un gil!". El fútbol argentino escribió ayer otra triste y dolorosa página de su propia acta de defunción.