"Porque no siempre es campeón el que gana"

Gustavo Turco Mazzi escribió sobre la derrota por penales de La Salle en la final de la Liga Santafesina de Fútbol. Colón de San Justo fue el legítimo campeón.

 Mientras seguimos viviendo en los tiempos de ponderar las victorias desesperadas y ruidosas, La Salle tuvo la valentía suficiente como para sentirse satisfecho aún en la derrota. Con hombría y fuerza de voluntad ahora deberá levantarse y seguir recorriendo otros caminos no menos placenteros. Las adversidades son el reto cotidiano de estos nobles muchachos. Hoy nadie dejará de creer en ellos por un traspié. Tengo las emociones a flor de piel y no quiero filtrarlas, porque siento una mayor obligación de escribir ahora que se perdió, o que “perdimos”.

“La derrota tiene una dignidad que la ruidosa victoria no merece”. La frase es del gran Jorge Luis Borges. A estos pibes le sobra pasión por lo que hacen y pertenencia por los colores que representan. Son dignos y me da mucha satisfacción decirlo. Son la más genuina representación del fútbol que nos parió. Será que cuando se trata del equipo del “colegio” uno conserva en el corazón aquel fuego sagrado del primer amor. Es ese sentimiento puro, genuino, inmaculado por la pelota y sus derivados que nos une a todos, sin tiempo, ni edad, ni resultados. "No hay mejor medalla o trofeo que ser aclamado por conservar un estilo y respetar con orgullo la historia… y no solamente por adjudicarte una definición por penales".

No siempre es campeón el que gana. Hay excepciones. Ganar puede ser la consecuencia de un objetivo más profundo y consistente, una filosofía de vida que no empieza con el único objetivo de prepararse para la victoria, ni acaba cuando uno pierde. Hay victorias vacuas y derrotas enriquecedoras. En el mundo del fútbol Lasallano no hay lugar para el mal de la "insatisfacción crónica". No hay hinchas infelices por confundir lo verdaderamente valioso. Haber llegado a una final fue otra vez grandioso. Perderla por penales, apenas una consecuencia del juego, o de la maldita fortuna que esta vez fue esquiva.

La Salle es un equipo consistente y ganador, que no dejará de serlo por una ocasional derrota. Para este grupo, la victoria no es un fin en sí mismo, sino un premio añadido que hay que valorar en su justa medida. Séneca escribió hace 2.000 años: "Importa mucho más lo que tú piensas de ti mismo que lo que los otros opinen de ti". Y si algo está claro en Cabaña Leiva, es que hay seguridad, convicción y espíritu ganador SIEMPRE!

Con su permiso, me voy a conceder una licencia en medio de este imparcial comentario: tengo con la derrota una relación de amor y odio. Detesto perder, y lo detesto más cuando veo ganar a quien no lo merece; pero, a veces, me gusta cuando la derrota me da la oportunidad de volverme héroe de mí mismo, de luchar contra lo imposible, de vencer a un infarto en tiempo de descuento, de forzarme a ser optimista al punto del delirio, de buscar entre los residuos rotos de alguna ilusión, razones para seguir viviendo como si el mundo se fuera a terminar mañana, como si no hubiera perdido nada. Sigo aferrado a mi pasión extrema de reivindicar lo digno, de alcanzar con legitimidad la gloria. De fortalecer la lucha diaria una y otra vez, hasta que el cuerpo no quiera otra cosa, hasta que la mente no reconozca otras ideas, y el alma, intranquila, empiece a calmarse al fragor de la sangre, el sudor y las lágrimas. Las victorias resaltan nuestras virtudes, potencialidades y capacidades. Pero, las derrotas construyen el carácter. Si se es un ganador no es porque se gane siempre, sino porque se sabe pelear para seguir adelante en medio del fracaso.

La Salle es parte de mi vida, de nuestras vidas. Hablar del “Colegio” no es ir hacia atrás en el tiempo, sino ir hacia adentro. No es revivir lo que pasó y fue; sino lo que sentiste y está más vivo que nunca gracias a todos estos chicos. Acaso porque por ustedes, todavía seguimos “jugando”, “transpirando”, y hasta “soñando”… aún en la derrota. Mi orgullo está intacto!!!