Las casualidades no existen
Trabajo, sacrificio, compromiso, amor, humildad y un sinfín de virtudes más definen a este plantel de Colón de San Justo. Un equipo acorde con la historia del club más ganador de la Liga Santafesina desde que ingresó.
Con un equipo conformado casi exclusivamente por jugadores de la institución, el Rojo sumó la copa número 14 para las vitrinas del club. Un equipo comandado por un cuerpo técnico también surgido de la misma institución y dirigido por Mauricio Vegetti, multicampeón con Miguel Restelli hace algunos años. El mismo Restelli es quien hoy está a cargo de la coordinación del fútbol y encabeza un ambicioso proyecto de formación de jugadores y entrenadores.
El proceso ideado por los dirigentes y ejecutado por Restelli dio comienzo el año pasado con la conformación de esta coordinación, pero no se esperaba que diera resultados tan prontamente. Desde principios de 2015, con la participación en el Federal C y la Liga, se comenzaron a dar algunos pasos importantes en Primera: jugadores y entrenadores netamente del Club. Y fue sin dudas un acierto.
De hecho, si el campeonato de Liga no se ganaba, ya se estaba ante un acierto. Se redondeó una campaña espectacular con un cuerpo técnico debutante y una mezcla de jugadores con hambre y consagrados. Esta combinación fue importantísima para el resultado final.
El honor y la gloria conseguidos por éstos jóvenes no es casualidad: es el resultado de todos los factores que se vienen nombrando. Un modelo de institución que a lo largo de los años le ha dado al fútbol nacional grandes estrellas: Héctor Scotta, Claudio Enría, Claudio Bieler, entre muchos otros. En el último año, las presencias de Pablo Vegetti en Colón de Santa Fe y Guido Rancez en Atlético Paraná demuestran que no hay imprevisión en la forma de trabajar de la institución.
Detrás de cada cabezazo de Alessio, de cada gambeta de Bertola, de cada atajada de Scatizza, hay mucha gente y, sobre todo, mucho amor a la camiseta. Detrás de cada quite de Falcón, de cada pase de Aranda, de cada centro de Juárez, hay sacrificio y entrega. Detrás de cada gol de Obregón, de cada corrida de Minotti, de cada salto de Moyano hay pasión, hay compromiso hacia el club y una hinchada enorme apoyando. Y detrás de cada uno de esos guerreros que son los jugadores y el cuerpo técnico hay 103 años de honor y gloria del Club Colón de San Justo.